Dominio público

La izquierda que falta

Beatriz Talegon

Beatriz Talegón, Somos Izquierda
Tasio Oliver, Izquierda Unida
Carol Huelmo, Podemos

La historia es caprichosa, y nosotros tozudos a la hora de repetir nuestros errores. Militantes y dirigentes del PSOE, IU, PODEMOS y EQUO, muchos de nosotros/as ahora ex miembros de esos partidos, otros no, nos dimos en encontrar dentro de una plataforma de colaboración y creación política colectiva, llamada ‘Somos Izquierda’. Somos de todo el Estado; Somos nítidamente aglutinadores; Somos un intento de reivindicar el encuentro desde la asunción de valores claramente socialistas y democráticos.

Lo que nos llevó a propiciar el encuentro es el difícil y oscuro, vertical y muchas veces sectario, funcionamiento de nuestros respectivos espacios, prácticas que desde lo interno, proyectan fatales consecuencias en lo social. Para poder superarlos, desde experiencias concretas, es por lo que creamos, junto a cientos de militantes de base, un espacio como ‘SI’.

Ha sido común el sentirnos defraudados por la deriva de ‘Ahora en Común’; algunos participamos en su presentación, y otros hemos dado buena parte de nuestro tiempo y esfuerzo en intentar consolidarlo como el lugar horizontal en el que la confluencia de muchos fuera posible. Pero ya desde pronto parecía que estaba maniatado y que, "elemento facilitador" era el término, sólo serviría para que unos cuantos compas de unos cuántos grupos pasaran a engrosar las listas en los huecos de relleno de PODEMOS; legítimo, por supuesto, pero para eso quizá no hiciese falta crear ningún nuevo sujeto que hablase de horizontalidad y ciudadanismo.

No nos parecía honesto el iniciar un proceso desde la base que ya estuviera condicionado por alguno de sus actores; no nos parecía honesto el celebrar unas primarias a la Presidencia sustentada en electores que no saben si te presentaras por Ávila o por Murcia; no nos parecía honesto que no pudiéramos crear una coordinadora plural y refrendar desde esos mismos electores cualquier acuerdo final; finalmente, no nos parece honesto que por hablar de programa de mínimos y que el ciudadanismo tibio tinte la iniciativa, dejemos de hablar de valores, los de la izquierda, que hasta resistieron el más duro franquismo.

Porque antes de volcarse en esta unidad cupular es importante no repetir los mismos errores de los espacios de los que venimos e intentamos mejorar: las elecciones catalanas son un buen ejemplo de que las malas sumas no sólo no multiplican, sino que además restan. Y que es en la calidad y claridad de los procesos en lo que reside la capacidad multiplicadora de su ilusión: con ‘Ahora Madrid’ muchos aprendimos de la importancia de que esos procesos sean cualitativamente nítidos y profundos, a pesar de las tensiones.

Pero que estas plataformas no cuajen o tengan problemas no significa que no sea necesario articular un tercer espacio nítidamente federalista, de izquierdas, integrador y que aglutine desde el socialismo de izquierdas y hasta el altermundismo en una opción clara de encuentro: estas somos, esto queremos, esto vamos a hacer y así puedes participar.

Ese 3 espacio es el que, yendo no a la búsqueda de la resistencia sino a la consolidación de una alternativa ganadora a la izquierda, debe ponerse en marcha ya. Porque la desilusión imperante por los comportamientos impositivos, soberbios o prepotentes, verticales y oscuros, otras veces impostados, hablan mal de supuestos nuevos actores políticos que sin embargo se comportan igual de ‘viejunamente’ que aquellas estructuras que queríamos superar.

Ese espacio, el 3er Espacio, en el que quepan todas las izquierdas del Estado que sin perder su identidad quieran legítimamente defender sus solventes valores, debemos hacerlo posible ya.

 

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