Dominio público

...Y a Al Capone lo condenaron por evasión fiscal

Ana Pardo de Vera

Tiene razón el abogado de Shervin Mansouri, el activista que denunció al jefe de Desokupa por utilizar su imagen en uno de esos vídeos salvajes que la empresa (un decir) de desalojos emplea como reclamo para que contraten sus servicios de intimidación contra presuntos okupas, que generalmente son gente que deja de pagar el alquiler (no quienes entran en tu casa cuando vas a la farmacia) o porque no tiene ingresos o porque no les da la gana. Éste, sin ser cuantitativamente una emergencia nacional, es el más común de los problemas de los dueños y dueñas de viviendas que no pueden disponer de ellas cuando quieren porque el inquilino no paga y tampoco se va. Y si te toca un inquilino así, la lentitud judicial no ayuda en absoluto a su expulsión, por lo que el asunto puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Y allí donde falla el Estado, ya se sabe: entran el miedo y la furia de las personas junto a pseudoejércitos callejeros, vecinos armados por la seguridad de sus barrios o los cuestionables métodos intimidantes de Desokupa

Tras la denuncia de Mansouri, esta empresa (un decir) ha sido condenada por vulnerar su derecho a la imagen y debe pagarle unos 6.000 euros. La Audiencia de Barcelona no considera, en cambio, que los gritos que se profieren en el vídeo publicitario de la empresa (un decir), tales como "ratitas", "perroflautas" o "bichos", entre otras lindezas propias de fascistas (si jalean a fascistas, se comportan como fascistas y gritan consignas fascistas ...), constituyan un delito de odio contra el activista denunciante porque no se dirigen a él específicamente. Y tiene razón el tribunal: son cosas fascistas que hacen los fascistas, generalmente, contra las minorías o los más vulnerables: los señalan, los asustan, los amenazan, los insultan ... Cosas que, en ese caso, son solo un puñado de insultos aporófobos, como mínimo, dirigidos a los ocupantes de la nave vacía de una empresa que contrató a Desokupa para cortar por lo sano sin encomendarse a las administraciones. Más rápido, nada garantista, más siniestro y muy bestia.

En la información del jueves de El Salto Diario sobre este asunto, el abogado de Mansouri, Bernat Barceló, da una de las claves que pueden ir minando la capacidad de estas empresas de la órbita de la ultraderecha: "La gente de Desokupa se cree muy lista e intocable, pero no lo es tanto", dice Barceló en el reportaje, explicando que lo que ha hecho su cliente y amigo está al alcance de cualquiera en su situación. Se trata de trabajar colectiva y organizadamente contra estos comportamientos y desarmarlos con maniobras legales que no esperan. No los van a condenar por fascistas, por difundir bulos xenófobos y racistas o por un delito de odio en un par de lonas gigantes, pero a Al Capone tampoco lo condenaron por mafioso, sino por evasión fiscal.

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