Dominio público

Infraestructuras federales

Josep Vicent Boira

JOSEP VICENT BOIRA
ikerestrurturasblog.jpg¿Por qué parece que en España siga en vigor la prohibición de Felipe II de importar libros del resto de Europa? Sinceramente, nos enteramos poco de las novedades extranjeras. Cojamos al azar dos publicaciones de cierto prestigio y un par de conferenciantes americanos recién venidos a España y veamos de qué hablan. La revista Time de 17 de enero de 2008 publicaba un artículo en el que se recogía la emergencia de las ciudades-estado, una categoría específica de urbes que recibe el nombre genérico de Nylonkong Cities (por sus tres representantes principales, Nueva York, Londres y Hong Kong), discutiendo su influencia en las finanzas mundiales. El periódico Il Corriere della Sera de 26 de enero de 2008 publicaba en su sección de cultura un artículo del sociólogo Ulrich Beck anunciando el adiós al estado-nación como la plataforma idónea para afrontar los retos de la economía, el terrorismo y el cambio climático.
En la primera conferencia internacional sobre cultura urbana celebrada en Valencia los días 24 y 25 de enero de 2008, el experto en cambio climático y asesor del presidente Zapatero, el americano Jeremy Rifkin, abogaba, entre otras cosas, por encarar la tercera revolución industrial con sociedades e instrumentos nuevos que dejen de lado los principios básicos del pasado: el espíritu jerárquico, la centralización y la visión top-down, mientras que horas después, en su primera conferencia en España, el gurú Richard Florida se lanzaba al ruedo del futuro augurando la victoria de las
sociedades y de los territorios creativos, sostenibles e inclusivos. Si juntamos todo esto, ¿qué obtenemos? Vayamos por partes.
En primer lugar, observamos la disolución de las formas de gobierno tradicionales asentadas sobre el mapa monocromático del estado-nación, el que colgaba (y todavía lo hace) en muchas escuelas de España (y lo que es peor, en muchos despachos del Ministerio de Fomento).
A cambio, observamos la irrupción de tres nuevas geografías en el planeta: las ciudades (ciudades-estado, redes, sistemas y corredores urbanos, etc.), las megaregiones (el Báltico, Mitteleuropa, el eje mediterráneo o el de la costa este americana, el corredor litoral de China) y por último, las nuevas realidades transfronterizas como la Unión Europea.

Pero no todo es geografía. De lo dicho podemos destilar, gota a gota, una nueva fórmula de principios que deberían guiar la acción de nuestras sociedades: contra la jerarquía, la colaboración. Contra la centralización, la descentralización. Contra la visión de arriba hacia abajo, la recolección de realidades desde la base. Contra la tradición, la creatividad. Contra el despilfarro, la sostenibilidad y contra la exclusión, la inclusión. Como en una gran masa para pizza, metamos nuestras manos en todos estos ingredientes y liguémoslos aplicando el resultado a España.
No se puede entender, si no es desde la mala fe, que alguien todavía pueda dudar que el diseño de este estado y esencialmente de su estructura y de su infraestructura deba ser sometido a una revisión profunda, a una revolución copernicana. La necesidad de este cambio es imparable. No estamos ante un escenario que deba ser modificado por la injusticia de unos datos económicos, de un reparto inapropiado del pastel de los presupuestos, ni siquiera es un tema de balanzas fiscales. Es un problema más profundo y, al tiempo, cualitativo: el debate no es si Catalunya debe recibir más que Valencia o Madrid menos que Andalucía. El debate es postmaterial: se sitúa en la intuición de lo que va a venir, de lo que ya está llegando. De una nueva forma de entender las sociedades y los territorios. Captar el futuro y salir a su encuentro. Esta es la esencia del debate.
Sinceramente no entiendo como alguien puede dudar de que el futuro de nuestras infraestructuras, de nuestra geografía será "federal".
Porqué el adjetivo federal (más allá e incluso al margen de sus connotaciones políticas y administrativas enumeradas en las aulas de Derecho Constitucional o de Ciencias Políticas) recoge perfectamente la esencia de los nuevos tiempos: "infraestructuras federales" son las que, al tiempo que descentralizadas, son incluyentes. "Infraestructuras federales" son aquellas que, al tiempo que ligadas a los territorios de base, permiten cooperar con nuevas escalas geográficas. "Infraestructuras federales" son aquellas que permiten combinar flexibilidad, creatividad y sostenibilidad porqué se basan en estrategias cambiantes, negociadas y no en perspectivas cerradas decididas desde un despacho situado en un aborrecible kilómetro cero. Kilómetro cero..., ¿cero desde dónde y hacia dónde?
En una España descentralizada, en una Europa sin fronteras, en mundo abierto, en un planeta globalizado, hablar de kilómetro cero es hablar de inteligencia cero y más mortal todavía: de imaginación cero. Ya decía Einstein que la imaginación es más importante que el conocimiento. Imaginemos y seamos creativos para salir del atolladero al que nos ha llevado el fin de un sistema y la incapacidad para intuir el advenimiento de otro.

Josep Vicent Boira es geógrafo y profesor de la Universitat de Valencia

Ilustración de Iker Ayestarán

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