Dominio público

La "estrategia del escorpión": al respecto de la Proposición de VOX sobre Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto

Sergio Gálvez Biesca

Instituto Iberoamericano de La Haya

Fernando Hernández Sánchez

Universidad Autónoma de Madrid

Julián Vadillo Muñoz

Universidad Carlos III de Madrid

Señal que indica la dirección al Bulevar Indalecio Prieto, en Madrid. E.P./Eduardo Parra
Señal que indica la dirección al Bulevar Indalecio Prieto, en Madrid. E.P./Eduardo Parra

En recuerdo a Julio Aróstegui

El martes 29 de septiembre estalló el escándalo en el Ayuntamiento de Madrid. La proposición de VOX de retirar del callejero los nombres Indalecio Prieto y Largo Caballero, con el apoyo del Partido Popular y Ciudadanos, salió adelante. Tres reconocidos historiadores contemporaneístas y expertos, a su vez, en políticas públicas de la memoria, analizan, primero, la trayectoria de los dos dirigentes socialistas en su contexto histórico; segundo, el delirante texto de la proposición, a lo que se suma documentación inédita que evidencia la colaboración y complicidad del PP y Ciudadanos en tal operación; y, por último, se internan por los factores y causas que han permitido que el revisionismo y negacionismo neofranquista comandado por un partido fascista hoy sea un poco más principio de realidad.

Sobre Largo Caballero e Indalecio Prieto en su contexto

La derrota militar de la República en 1939 significó muchas cosas para la historiografía, entre ellas la peculiar visión que se trasmitió en España de los orígenes del conflicto y de sus agentes protagonistas. Aunque se partía de unas concepciones previas, el franquismo impuso la idea de que la Guerra Civil española había sido responsabilidad de la izquierda política y cargaba contra el movimiento obrero en su más amplio espectro. Partidos obreristas y sindicatos, desde este mismo prisma, siempre fueron considerados como el "enemigo interior" y, por ende, tratados como un problema de orden público.

La propuesta de retirar el nombre y las estatuas de Largo Caballero y Prieto tiene mucho que ver con esa misma forma de entender la historia. Enfoques basados en trabajos caracterizados por su más absoluta irrelevancia académica. A poco que abramos el libro de Julio Aróstegui Largo Caballero. El tesón y la quimera (Debate, 2013) comprobamos la maledicencia, la ignorancia y la ignominia de una propuesta de este calibre. Y quizá sea necesario mencionar algunas de estas biografías para intentar plasmar cual ha sido la dimensión que el movimiento obrero ha tenido en la historia de España.

Sintetizando: el movimiento al cual pertenecieron tanto Prieto como Largo Caballero significó uno de los factores de modernización en la historia reciente de España. A falta de reformas de carácter liberal, el sindicalismo se constituyó en un elemento fundamental en la defensa de derechos fundamentales como el de asociación, el de expresión y el de reivindicación de condiciones dignas en los trabajos. Justo ahí se sitúa la actividad de ambos dirigentes del PSOE y de UGT al frente del movimiento socialista, junto a otros personajes como Seguí, Buenacasa, Peiró, Camacho y un largo etcétera, que completaría el mapa del obrerismo libertario y comunista. De hecho, el obrerismo fue uno de los primeros movimientos que introdujo materias de renovación pedagógica, la necesidad de la instrucción en la clase obrera con iniciativas de escuelas o la formación de artes y oficios. Un trabajador instruido y con conocimientos era necesario para poder reivindicar sus derechos y una sociedad distinta.

Largo Caballero y Prieto no perdieron ni un momento a su llegada al Consejo de Ministros de los gobiernos republicano-socialistas, para desarrollar el programa político histórico del movimiento obrero. A modo de balance apretado pueden citarse la Ley de Contrato de Trabajo, la Ley de Jurados Mixtos, la normativa sobre la colocación obrera o la aprobación de las ocho horas de trabajo (instaurada desde 1919 por acción de la CNT pero no desarrollada).

Además, Largo Caballero ha pasado a la historia de nuestro país por ser el primer Presidente del Gobierno socialista durante la Guerra Civil y lograr aglutinar en su gabinete la más variada representación de los sectores progresistas y de izquierdas, anarquistas incluidos.

Por tanto, cuando afirmamos que la Proposición que ha presentado VOX es maledicente, delirante y miserable, lo hacemos porque niega, oculta y tergiversa la trayectoria y obra política de Caballero y Prieto. El texto, en este sentido, no deja de estar repleto de medias verdades que no dejan de ser mentiras históricas, descontextualizando a los personajes, de cara a ubicarlos en conspiraciones imposibles. Pero lo más grave ha sido su aprobación en institución pública: avalando, por este camino, el consistorio madrileño una pseudohistoriografía franquista que deforma hasta extremos insospechados nuestro pasado más reciente.

Además, los representantes que han votado esta Proposición en el Ayuntamiento de Madrid pasan por alto algunas cosas. La primera que tanto Largo Caballero como Prieto murieron en el exilio provocado por la Guerra Civil y la imposición de una dictadura militar con apoyo de la Alemania Nazi y la Italia fascista. Y en segundo lugar, no se puede obviar como el propio Largo Caballero sufrió en sus carnes la represión del nazismo en los campos de concentración (en concreto en el de Sachsenhausen) de cuyas secuelas físicas fue víctima en 1946 en París. Es trágico pensar que mientras se despoja de su calle a una víctima del nazismo, se mantiene la de aquellos que participaron como voluntarios en una guerra de agresión del III Reich. Ahí está la calle dedicada a los "Caídos de la División Azul" en el distrito norte de Madrid, que es como si  en Bruselas hubiese una vía urbana en honor de la Legión Valonia de las Waffen SS.

Largo Caballero y Prieto fueron personajes polémicos: su trayectoria política incluye periodos grises y en donde no faltaron los enfrentamientos entre sus propios compañeros de viaje. Son famosas también las polémicas con los anarquistas cuando Caballero fue consejero de Estado en la Dictadura de Primo de Rivera; o Prieto con los comunistas durante la Guerra Civil.

Por más que le pese a algunos, en octubre de 1934 no hubo un golpe de Estado, sino una huelga general fracasada como respuesta a la entrada en el Gobierno de un partido, la CEDA, que no había ocultado su animadversión por la democracia y su proximidad al modelo corporativo del portugués Salazar o el austriaco Dollfuss. Olvidar el contexto ofusca el conocimiento de la realidad: quiénes en octubre de 1934 gritaban "¡Antes Viena que Berlín!" estaban luchando por no dejarse aplastar sin ofrecer resistencia. Tampoco en 1936 Prieto participa de ninguna acción contra el que llaman "Jefe de la Oposición, Calvo Sotelo", un trágico suceso que, como otra muerte ocurrida horas antes (la del teniente Castillo) o el atentado falangista contra el ponente constitucional Jiménez de Asúa, se inscribe en la estrategia de la tensión desplegada en aquellos meses. Por cierto, conviene recordar como el propio Calvo Sotelo, ex-ministro de la dictadura de Primo de Rivera, fue un habitual conspirador contra la Segunda República tal y como como ha demostrado el profesor Ángel Viñas en repetidas ocasiones.  Quizás por eso mismo, su homenaje monumental en la Plaza de Castilla no corre ningún riesgo con el actual tripartito municipal.

Un detallito que se les pasar por alto a los cronistas y demás periodistas y algún académico, siempre encantados de colaborar con el revisionismo franquista: ¿por qué son capaces de ver golpes de Estado por parte de la izquierda en cada momento y en cada lugar y, por lo contrario, nunca ven las conspiraciones y demás acciones que llevaron a lo que sucedió el 18 de julio de 1936? No es casualidad. No hay lugar para la inocencia.

Lo aquí enunciado son hechos objetivos y forman parte de un consenso historiográfico mayoritariamente aceptado dentro y fuera de la academia. Forman parte, además, de nuestra tradición constitucional y democrática. Lo anterior, independientemente de la opinión de los autores de este texto, quienes nunca se hubieran imaginado teniendo que explicar este tipo de obviedades. Y menos salir en defensa de ambos dirigentes socialistas. En suma, la Proposición de VOX no se sustenta en ningún debate historiográfico sino en un relato mitificado repleto de lugares comunes propios del imaginario fascista español.

Sobre la Proposición

En relación con lo anterior, el texto la Proposición de VOX firmado por el concejal Martínez Vidal no habría pasado el corte exigido para obtener un aprobado raspado en cualquier facultad universitaria que se estime a sí misma, salvo quizás en la todavía epónima de cierto ex-jefe de estado fugitivo o en los píos seminarios de Somosaguas. Parece como si el señor Martínez hubiese sido la estrella de una tumultuosa orgía con Tomás Borrás, Agustín de Foxá, Manuel Aznar, Eduardo Comín Colomer y Mauricio Carlavilla como partenaires y se hubiera limpiado con el escrito presentado al pleno del Ayuntamiento de Madrid. No merece otra valoración el cúmulo de insidias, medias verdades y mentiras completas vertidas en la propuesta de proposición con garrula prosa y sintaxis torturada.

Solo en un país donde el sistema educativo rehúye, en la práctica, el abordaje de los temas del pasado reciente y permite que cada año titulen 350.000 estudiantes de la ESO y casi 250.000 de Bachillerato sin conocer los hechos que han configurado la sociedad en la que van a integrarse en plenitud de derechos y obligaciones, se explica que una declaración como esta no suscite la hilaridad, la conmiseración hacia su autor o el deseo de un pronto restablecimiento.

Tal cúmulo de desechos, baratijas adquiridas en los bazares de todo a 0,60€ regentados por historietógrafos, sirven exclusivamente a sus propósitos de armar ruido mediático y modelar un maniqueo: el de la izquierda criminal y antiespañola. Lo nefasto es que los conservadores y los sedicentes liberales no solo se hayan sumado a este festival hagiográfico sino que adquieran semejante bazofia e incluso busquen los recovecos legales para hacerla digerible. Sería difícil ver a sus homólogos franceses, alemanes o italianos alinearse a favor de las tesis del Rassemblement National, Alternativa por Alemania o Casa Pound, básicamente porque conservadores, democristianos y liberales europeos participaron históricamente en el consenso antifascista. Aunque, bien visto, quizás esa es la diferencia abismal con los que aquí nos han tocado.

La iniciativa de la extrema derecha ha suscitado cierto jolgorio en el ámbito mediático tradicionalmente opuesto a las políticas memorialistas, como si en un inesperado giro de guion, el artefacto diseñado por Rodríguez Zapatero golpease inesperadamente cual boomerang a su irresponsable lanzador. Y no andan desencaminados en su ofensiva.

Al respecto otro detallito: de los golosos, de los que la prensa del Régimen apenas ha dado cuenta en un par de líneas. El concejal de VOX, Martínez Vidal, en su ardor patriótico presentó el 21 de septiembre su Proposición basándose en la Resolución 2019/2018, del Parlamento Europeo de 19 de septiembre de 2019 que equipara nazismo y comunismo (RSP 2019/2018). Una iniciativa que lidera en la Unión Europea el grupo de Visegrado —Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia, pero que votaron, a fin de cuentas, casi todos los partidos a favor excepto el Grupo GUE /NGL— y que impele a condenar «los crímenes cometidos por las dictaduras comunista, nazi y de otro tipo» con escasa profundización en el contexto histórico y sin que quede muy claro –aunque nos tememos que no es el espíritu de sus promotores? si el franquismo queda incluido en este último cajón de sastre. En otras palabras, pretende fumigarse toda la memoria europea del antifascismo, reconfigurando un nuevo relato hegemónico muy del estilo neocon-posmoderno en donde "todos fueron igual de responsables" a fin de cuentas. ¿Les suena?

¿Qué sucedió? La propuesta de VOX no tenía pie ni cabeza ni menos sujeción legal. Quienes escribimos el presente texto hemos localizado un documento del día 25 de septiembre firmado por Andrea Levy Soler (Portavoz del Grupo Municipal Popular) y Begoña Villacís Sánchez (Portavoz del Grupo Municipal Popular). Es un texto de modificación de la Proposición 713/20 presentada por VOX en donde se le arregla ?tal cual? el embrollo: "Debe decir [en vez de la Resolución del Parlamento Europeo]: en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 15 de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, y por aplicación de lo dispuesto en el apartado d) del artículo 3.1., de la Ordenanza Municipal Reguladora de la denominación y rotulación de vías del Ayuntamiento de Madrid, de 2013".

¿Qué nos dice esta prueba documental? Tres cuestiones fundamentales. Primero, se evidencia un proyecto ideológico-político conjunto sustentando en la promoción del revisionismo franquista por el PP, Ciudadanos y VOX. Segundo, esta colaboración necesaria e instrumental convierte a la derecha política madrileña, empezando por el PP y a Ciudadanos, en cómplices y promotores de la iniciativa. Tercero, queda demostrado una instrumentalización perversa de la Ley de Memoria Histórica y en concreto del artículo 15. Un fraude de ley mayúsculo. De hecho, solo con haber aplicado la ordenanza municipal hubiera sido suficiente. ¿Algún espacio para la inocencia? Ninguno.

Este documento perseguirá en adelante a ambas organizaciones, Partido Popular y Ciudadanos, como colaboradoras imprescindibles en la promoción del fascismo en la ciudad de Madrid. Y no van a parar para hacerlo realidad. Tienen prisas por ejecutar su plan cueste lo que cueste, se respete o no la legalidad, y aunque conlleve un escándalo internacional. En suma, están plenamente encantados de haberse conocido unos y otros.

Sobre el origen del problema

Que la Proposición de VOX no se hubiera sustentando, en un primer momento, en la Ley de Memoria Histórica de 2007, no significa que no tenga nada que ver con ella o mejor dicho con el anteproyecto de Ley de Memoria Democrática que el Gobierno presentó hace poco más de un par de semanas. Seamos sinceros:  VOX ?tras lo acontecido este martes en el pleno del Ayuntamiento de Madrid? ha evidenciado su capacidad estratégica para marcar la agenda política: en vez de estar hablando de los avances en términos de Derechos Humanos de las víctimas del franquismo o de nuevas políticas públicas de memoria, nos está obligando a defender lo conquistado.

Tampoco cabe extrañarse por lo sucedido: el pasado 30 de octubre de 2019 gracias, de nuevo, a VOX el Ayuntamiento de Madrid hizo suya la RSP 2019/2018 con los votos del Partido Popular y Ciudadanos. Entonces algunos de los autores de este texto escribimos explicando acerca de sus futuras consecuencias ante el silencio incómodo de la mayor parte de los compañeros del gremio y de sus alrededores más próximos. Un actitud vital-política-biográfica-deportiva que constituye toda una forma de ser y comportarse en la Villa y Corte en cuanto ocurre algo similar.

Seamos sinceros: VOX se ha encontrado un terreno abonado sin prácticamente oposición en una ciudad en donde aquello del consenso antifascista suena a extraño incluso entre las filas progresistas. Llueve sobre mojado.  El Gobierno de Carmena pudo desarrollar un verdadero programa político sustentando el Derechos a la Verdad, el Derecho a la Justicia, el Derecho a la Reparación y el establecimiento de las Garantías de No Repetición: sencillamente no quiso. Su pragmatismo (que no buenismo) y su convicción de la defensa del Régimen del 78, explica parte de lo que sucedió, aunque para ello tuviera que machacar al equipo de trabajo de la Cátedra de Memoria Histórica del siglo XX hasta que él mismo terminó su relación con el Ayuntamiento en febrero de 2016. Y como si esto de la memoria histórica fuera un asuntillo menor Carmena creó un Comisionado que encargó a Paca Sauquillo ?no por su CV sino por "amistad", según reconoció la propia alcaldesa? y en donde se decidió "café para todos". Una cosa con su puntito rancio ?y no precisamente por el cura en representación de la Iglesia Católica? pero en donde sobre todo faltó ilusión así como se careció de cualquier tipo de proyecto a corto, medio o largo plazo. Una comisión que, además, de terminar viendo paralizadas parte de sus propuestas en el juzgado, lo poco que hizo no lo remató. Entonces ?antes de ayer? el caso de Madrid fue expuesto en universidades europeas, latinoamericanas y norteamericanas como un modelo fracasado. En otras palabras: fue una vergüenza internacional y hoy andamos por el mismo camino.

En estos momentos de zozobra, no pocos de los integrantes del aquel Comisionado han salido escandalizados por lo sucedido cuando son, al menos, parte del problema. Hay un poco de todo: amnésicos interesados, equidistantes militantes y cómplices objetivos del estado al que hemos llegado, según una posible adscripción desde el progresismo a la derecha de toda la vida, respectivamente.

"Los miembros del comisionado estamos indignados y horrorizados con esta decisión, también los miembros elegidos por Ciudadanos y el PP. Nosotros hicimos una revisión sensata y lo aprobado ahora es una insensatez", ha declarado Álvarez Junco. El periodista Enric Juliana en un Tweet a primera hora del miércoles 30 calificaba el apoyo de Ciudadanos de "despiste". Y así con todo. Ni mucho menos fue un "despiste": solo hace falta escuchar la irritante intervención de la concejala de Ciudadanos en el Pleno del Ayuntamiento o remitirnos, sencillamente, al documento del 25 de septiembre. Estaba todo pensado y planificado. No hubo fallo o despiste en la presentación ni en la coreografía.

Lo acontecido el martes, en suma, fue un ejemplo de colaboración y, por lo tanto, de corresponsabilidad y de complicidad en la estrategia del revisionismo y del negacionismo en la ciudad de Madrid comandada por VOX. Todo ello además con un componente de "odio de clase" tan evidente como innecesario de explicar.

En fin: cabe esperar, a la vista de los planos del artefacto y del éxito cosechado que se fijen nuevos objetivos, como el desalojo del busto de Pablo Iglesias Posse y su correspondiente detestatio sacrorum en el callejero madrileño. Interesante lección para quienes tuvieron en su mano dejar resuelta la necesaria reparación de la memoria democrática en el callejero y decidieron apostar por la equidistancia y los comisionados inoperantes y hoy se muestran "ofendiditos".  Las extremas derechas les han enseñado que no se libra una guerra cultural con florete y reglas de cortesía, sino con el hacha de destazar. Demasiado tarde.

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