Dominio público

Isabel en la comunidad de las maravillas

José Antonio Martín Pallín

Magistrado emérito del Tribunal Supremo. Comisionado español de la Comisión internacional de juristas. Abogado

Isabel Díaz Ayuso entra en el Comité Nacional del PP.- EFE
Isabel Díaz Ayuso entra en el Comité Nacional del PP.- EFE

Durante la interminable precampaña y la campaña electoral a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, la candidata del Partido Popular Isabel Díaz Ayuso nos han bombardeado con la palabra libertad como único lema de campaña. En sus numerosas intervenciones ha puesto todo su empeño en desgranarnos los numerosos contenidos y posibilidades que encierra la palabra libertad, según su peculiar manera de pensar y de decir. Como en el diálogo entre Alicia y Humpty Dumpty en la obra de Lewis Carroll A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, nos ha dicho, con cierta desenvoltura que cuando  emplea esa palabra significa lo que ella quiere que signifique, ni más ni menos. Como decía Humpty Dumpty, la cuestión está en saber quién manda aquí. Lo ha conseguido, usted es la que manda, respaldada por una abrumadora mayoría.

A muchos nos parece que ha banalizado y frivolizado con el vocablo sin saber su verdadero sentido y lo que ha significado en el trascurso de los tiempos. La libertad es la conquista de la humanidad por la que se ha derramado más sangre a lo largo de la historia. La libertad ocupa el primer lugar en el tríptico que acuñaron para la posteridad los revolucionarios franceses. El concepto de libertad ha generado una ingente cantidad de reflexiones políticas, filosóficas y en el mundo del derecho ha ocupado a filósofos y constitucionalistas. A su vez ha generado múltiples frases para la posteridad que ponen de relieve la volatilidad del concepto y su valor, según el enfoque con el que se aborda tan esencial cuestión,  para medir la calidad de un sistema político.

Ha pasado a la posteridad la frase pronunciada por la revolucionaria francesa Marie-Jeanne Roland, antes de poner su cabeza en el cepo de la guillotina: "Oh libertad,  cuántos crímenes se cometen en tu nombre". No olvidemos la comentada respuesta de Lenin al líder socialista Fernando de los Ríos, cuando le preguntó si habría espacio para la libertad en la revolución soviética: "¿Libertad, para qué? "Un anarquista,  según Bakunin, puede ser considerado como "un apasionado amante de la libertad, considerándola como la única condición bajo la cual la inteligencia, la dignidad y la felicidad humana pueden desarrollarse y crecer..." [La Comuna De París y La Idea Del Estado].  Dado que los seres humanos son criaturas pensantes, negarles la libertad es negarles la oportunidad de pensar por su cuenta, lo cual es negarles la misma existencia como humanos.

Que nadie se preocupe ni se exprima el cerebro para encontrar su verdadera dimensión: el debate lo ha sustanciado con contundencia, nuestra Presidenta Isabel Díaz Ayuso, al utilizar la libertad como lema de campaña y proporcionarnos un concepto que dejará estupefactos y desarmados a los grandes pensadores del pasado y del presente. No le demos más vueltas, libertad es hacer lo que a cada uno le dé la gana. A partir de semejante reflexión el catálogo de posibilidades que abarca esta maravillosa palabra, es infinito. Madrid es la Meca o más bien el milagro de Lourdes de la libertad.

Sus posibilidades son infinitas y  están abiertas a cualquier comportamiento individual o colectivo. Ella misma se ha encargado de proclamarlo a los cuatro vientos e incluso más allá de nuestras fronteras, invitando a los sojuzgados ciudadanos europeos a venir a Madrid para que, de una vez por todas, dejen sus meditaciones y tribulaciones filosóficas y se liberen material y espiritualmente de las trabas que les imponen sus gobernantes. Como el desmadre no deja de tener sus atractivos, han acudido todos aquellos que se lo han podido permitir.

He aquí una pequeña muestra de las numerosas variantes de la libertad, según Ayuso. Nuestra inimitable anarquista, con tintes de casticismo, ha desgranado, en televisiones y otros medios, la lista de exquisiteces que se pueden degustar en este nuevo paraíso terrenal: tomar cervezas, acabar la jornada del trabajo sentándose en una terraza paladear todos los sabores de la gastronomía madrileña, no ha dicho cuantas horas de trabajo y qué clase de trabajo permiten este lúdico reposo, y añade otros componentes muy atractivos como librarse de ver a su ex pareja y de paso compartir sentimientos con otras personas que se encuentren en la misma situación, con el peligro de incitarles a iniciar una nueva e incierta relación, sin hacerse responsable de sus consecuencias. Se puede pasear las mascotas y permitir que estas hagan lo que les de las ganas y  ya sabemos cómo se las gastan. Como la filosofía de la libertad de la Sra. Ayuso es abierta, den rienda suelta a su imaginación y decidan,  en todo momento, lo que les pida el cuerpo.

Seguramente, sin darse cuenta, se ha cargado el lema de todos los reaccionarios que rinden culto a la ley y el orden, impuestos por la fuerza y la violencia física. No sé como habrán acogido sus pecaminosas propuestas los fieles devotos del puritanismo religioso, político y económico. Hay que reconocer que su desenvoltura es notable y que pocas veces le hacen ver sus contradicciones. Últimamente está traspasando los límites de la mesura y de la buena educación. Los planteamientos de sus adversarios políticos serán, en su opinión, acertados o disparatados, pero solo desde la soberbia moral se puede decir de un oponente que es una mala persona. En las épocas en las que yo me confesaba, le hubieran puesto de penitencia un padrenuestro y tres avemarías. Sus bravatas, como las de la Canción del Pirata de Espronceda son dignas de nuevas loas. No le faltan Esproncedas.  Sentada alegre  en la popa, como el Capitán Pirata, proclama que nadie le impuso leyes, que es mi yo la libertad y  mi única patria Madrid.

Fiel a su tendencia irrefrenable al casticismo,  decidió cerrar la campaña electoral,   con una Corrida de Toros,  con asistencia de público, porque ya va siendo hora de que vuelva la tradición y nuestro distintivo patrio. He perdido la afición por los toros pero me parece que politizarlo no le augura un buen porvenir. Nos guste o no, la llamada fiesta nacional tiene una larga tradición, forma parte de nuestro acervo costumbrista y ha producido excelentes textos literarios e inmortales obras  pictóricas. Dejemos que las costumbres y sobre todo la libre decisión de los ciudadanos, marque su derrotero futuro.

Su desorbitado ego y su menosprecio por los principios y las reglas que deben regir el juego limpio en los tiempos electorales, no ha dudado en monopolizar la fiesta de la Comunidad, que es la de todos, para convertirla en  un impúdico acto electoral, exclusivo y excluyente. Obsesionada por la palabra libertad, la utilizó reiteradamente en su discurso institucional. Señora Presidenta, vivimos en un país libre y cuando usted nació, muchas personas  había dado su vida para reconquistarla. Sus anhelos y sus ideales siguen vivos y están encarnados por los actuales partidos políticos  a los que usted ha derrotado en la contienda electoral.

Usted pensará que está viviendo como Alicia en el País de las Maravillas pero más  pronto que tarde, el día a día,  le pondrá ante el espejo una realidad  de la que, en parte usted no es responsable, pero ha contribuido con sus decisiones a ensanchar las desigualdades y las contradicciones de una sociedad que ha perdido su capacidad de ordenar su futuro y de reclamarle su derecho a las prestaciones a las que está obligado concederle un Gobierno democrático. No es el momento ni el espacio para reflexionar, tiempo habrá para ello, sobre lo sucedido. Le confieso que para mí es un reto al que trataré de dedicar mi mayor o menor capacidad de análisis y sobre todo comprender como se ha llegado al país de las desilusiones. Reconozco sus méritos  pero me permitirá que discrepe de sus logros.

A lo mejor dentro de dos años las cosas no son como ahora parece. Piénselo porque tiene tiempo para hacerlo. Como le dijo su padre a Alicia: lo único que merece la pena es lo que hacemos por los demás. Lo que estamos viviendo en nuestra comunidad no es una fantasía.  Preocúpese por la sanidad y educación pública, no vuelva a dejar indefensos a los mayores, mejore los servicios públicos y después, si hay tiempo para ello,  me gustaría compartir con usted unas cañas de cerveza con una patatas bravas.

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