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La exclusión y la formación, los retos fundamentales del futuro

LUIS MOLINER PRADA

Economista

El crecimiento económico de hoy en día se caracteriza porque es elitista y el mapa del reparto de la riqueza nos advierte del peligro de la exclusión: alrededor de un 40 % de la población mundial vive con menos de dos dólares al día, entre un 20 y un 25% se puede considerar de clase media baja y un 15% «disfruta» la mayor parte de la riqueza del mundo.

Es un hecho que el mercado excluye cada vez más.

Antes una persona que trabajaba en una empresa sabía quién le explotaba y que esa misma empresa le necesitaba. El poder tenía rostro. Pero ahora que este mismo poder funciona en redes, si no existes no importa. El Internet que da de comer hoy en día tiene que ver con dos tipos de trabajos que producen las nuevas tecnologías y que a su vez describen muy bien la relación entre el Norte y el Sur.

El primer trabajo es el genérico, que puede ser fácilmente hecho por máquinas y es el que se genera en el Tercer Mundo mediante las maquilas. El segundo es el trabajo auto-programable y de calidad. Se caracteriza porque es cualificado, imprescindible y no todos lo pueden realizar. La importancia de este último es que es la materia prima de la nueva economía. Lo llevan a cabo personas innovadoras, capaces de tener ideas y aplicarlas, y que permite adaptarse rápidamente a los cambios que se producen en la sociedad.

¿Cuál es el gran reto del mundo de hoy?

Frente al «paraíso del desarrollo», caracterizado por la bonanza económica y el libre mercado, la educación es un factor importante, porque de nada sirve todo este desarrollo tecnológico si las personas no lo saben utilizar. Y para lograr este objetivo lo que se necesita es formar a los formadores y que la escuela no se convierta en un simple almacenamiento de niños.

La Sociedad actual se caracteriza y está basada en la información y el conocimiento. Sus características consisten en ser global, capitalista y funciona por redes. Se convierte así en una nueva forma de organización de la economía.

Lo que en un momento significó la fábrica en la Era Industrial, Internet lo es en la Era de la Información y de la Comunicación

Lo más difícil es adoptar un análisis dialéctico que apunte a evaluar correctamente el alcance de lo que es nuevo, mientras se examina si lo nuevo no reproduce lo viejo e incluso lo muy viejo. Por un lado, en efecto, las transformaciones de la relación salarial nos conducen nuevamente a un capitalismo pre-industrial, en el que la clase obrera no estaba plenamente constituida. El punto de vista correcto nos parece precisamente este: la modernidad capitalista permite reproducir las formas más antiguas de servidumbre asalariada.

Finalmente, una cierta fascinación tecnológica impregna estos análisis y hace cortocircuito en la reflexión sobre el modelo social de conjunto que se deriva de ellos. Todo sucede como si este modelo fuera derivado de la tecnología de manera unívoca. Tenemos allí un resurgir de lo peor de un marxismo vulgar que olvida la ambivalencia de las tecnologías. Las redes, Internet, la comunicación, son proezas técnicas, pero que pueden servir de base a la mejor o a la peor de las sociedades.

En economía hay dos características fundamentales, como son la productividad y la competitividad. La productividad, como ya sabemos, es la unidad de cuántos productos se obtienen por unidad de insumos; y la competitividad es cómo se ganan partes del mercado, no necesariamente a costa de los otros, ya que el mercado se puede ampliar. Eso genera la competitividad positiva y la competitividad negativa, para empresas, regiones o países, estas dos variables, -productividad y competitividad, son las variables centrales de toda economía.

Información y Conocimiento son las variables decisivas en la productividad y en la competitividad.

Si la tecnología es buena para procesar la información, pero no tienes buena información, tampoco puedes hacer nada. Información, tecnología, capacidad de gestión y procesamiento: ésta es la base para la creación de productividad y competitividad.

Eso es una herramienta de empleo.

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