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La exclusión de la juventud del proyecto europeo

Carlos Martínez
FUHEM Ecosocial. #PrecarityandYouth

La juventud de toda Europa padece una situación estructural común: el paro y la precariedad afectan a una parte creciente de la población y sitúa, a muchas personas, en situaciones de exclusión. Este era el motivo que reunía hace unas semanas a representantes de organizaciones juveniles europeas de Alemania, Eslovenia, España, Francia, Italia e Irlanda, así como expertos y expertas en exclusión social, precariedad laboral, desigualdades o crisis del empleo en el marco de la iniciativa. Un encuentro de debate sobre lo que ha supuesto la UE para la juventud y sobre las distintas alternativas que se debían establecer con urgencia para atajar esta realidad.

Uno de los puntos comunes de la gran mayoría de las intervenciones durante estas jornadas fue la denuncia de las políticas neoliberales de austeridad fiscal y ajuste salarial promovidas por la Troika e insertas en el paradigma dominante e impuesto a todos los países de la UE. Porque estas políticas no solo no están sirviendo para salir de la crisis económica, sino que están contribuyendo a alargarla, y en muchas casos a agravar algunas de sus consecuencias y de sus problemas de fondo. Un ejemplo de ello, y el más visible de esta crisis, ha sido sin duda el de las elevadas tasas de desempleo que se han generalizado por todo el territorio europeo y que afectan de forma más severa a la población joven y en especial en los países considerados como periféricos.

Pero no hay que olvidar que estos problemas a los que se enfrenta la juventud son un reflejo de cómo funciona —y cómo ha funcionado— el sistema económico y de cómo se ha avanzado en la integración europea: generando trabajos precarios, ampliando las desigualdades sociales y condenando a grandes sectores de la población a la pobreza, siendo la crisis un punto de inflexión que solo ha servido para agravar estas condiciones.

La consecuencia directa en el plano político es la deslegitimación del "proyecto europeo", de la misma forma que las instituciones nacionales, por la falta de mecanismos de respuesta para generar cohesión social y territorial, así como de participación, que hoy resultan a todas luces insuficientes. Esto representa una descomposición de las democracias europeas, especialmente en aquellos países donde estos rasgos se acentúan (como son los países del sur), y especialmente en aquellos sectores de población que viven de forma generalizada esta situación (como son las generaciones jóvenes).

Frente a esta situación, las soluciones y respuestas que se enunciaron durante todo el encuentro lo hicieron desde un planteamiento estructural, y no parcial, del problema.

Durante la relatoría final que clausuró el encuentro pudieron señalarse conclusiones que, sin la pretensión de reflejar cuestiones concretas de la problemática juvenil en cada territorio, denunciaron la ineficacia de las políticas de austeridad y de ajuste salarial para lograr un nuevo pacto social que sitúe en el centro la cohesión social, la democracia y la sostenibilidad. Paralelamente, se enunciaron otras medidas, ignoradas por completo en la agenda política, que sí parecerían responder a la problemática juvenil en Europa.

La finalidad de recoger estas y otras cuestiones es la redacción de una carta dirigida a la Comisión Europea y su posterior difusión entre la sociedad civil con la exigencia de revertir el proceso de integración europeo, las formas de participación política, y los tipos de modelos productivos y de consumo que operan en Europa. Porque ningún proyecto de integración puede impulsarse excluyendo a varias generaciones de jóvenes de toda Europa de la posibilidad de tener un proyecto de vida digno.

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