EconoNuestra

Historia de una revolución, I

Álvaro Gaertner y Fernando Prieto
Colaboradores del grupo Nuevo Modelo Energético del Círculo 3E de Podemos

 

Las revoluciones marcan un antes y un después. Tanto la francesa, la rusa o la americana, incluyen los conceptos de "cambio", "sociedad" y "pasado" como "ejes" fundamentales. Las revoluciones se dan como respuesta a hechos o estructuras políticas, sociales o económicas anacrónicas,  que por tanto tienen el rechazo social mayoritario; o porque poderes hegemónicos en ejercicio o advenedizos atropellen derechos individuales o colectivos de los ciudadanos y de las comunidades y estos tengan que reaccionar en proporción a las ofensas inferidas. Además normalmente los que tienen que irse no lo suelen hacer de muy buen grado. En este caso hablamos de la revolución energética. En Estados Unidos está teniendo lugar esta revolución, pero no se alarmen los lectores moderados, no hay nadie tomando la Casa Blanca. Ésta es una revolución energética. Durante años nos hemos acostumbrado a oír que las renovables tenían muchas ventajas, no emitían CO2 a la atmósfera, no producían emisiones contaminantes, no afectaban a la calidad del aire, y no contribuían a acelerar el calentamiento global, entre otras, pero tenían una desventaja fatal, eran muy caras. Pues bien, según un artículo publicado en el New York Times sobre la situación de la energía en EEUU y los contratos de suministro energético que se están firmando en varios de sus estados, esto ya no es cierto.

En efecto, los costes de producción de las diferentes energías se han igualado y los kwh eólicos y solares son más baratos que los kwh de los combustibles convencionales. Los datos publicados recientemente en el NYT señalan que, según Lazard, el coste de la energía solar es 7,2 céntimos por kwh, y 3,7 céntimos de por kWh el de la energía eólica sin ningún tipo de subvención. En comparación, el gas natural está a 6,1 céntimos por kWh y el carbón a 6,6 céntimos por kWh. (Siempre céntimos de dólar). Y estos precios no incluyen tampoco ningún tipo de externalidad, es decir, no incluyen lo que las diferentes fuentes de energía deberían pagar por los daños que causan, entre los que destacan las emisiones de CO2 de las centrales térmicas o el tratamiento de los residuos nucleares. Las renovables también generan impactos en el medio ambiente, por los que deberían pagar, como el impacto paisajístico de la eólica o la necesidad de agua de la termosolar, aunque sean menores.

Los datos del estudio de la consultora Lazard sobre los precios de las distintas fuentes de energía en EE.UU., demuestran que esta revolución está teniendo lugar en todo EE.UU.

Captura de pantalla 2015-01-14 a la(s) 20.32.28 copia

Fuente: Lazard, Levelized Cost of Energy –Version 8.0 [i]

 

Como se puede ver en este gráfico, las plantas fotovoltaicas y los parques eólicos pueden competir en precios con todas las energías tradicionales: destaca especialmente la eólica, que en el escenario más favorable es la más barata de todas las fuentes de energía. Por otro lado, también se ve que los paneles solares en techo, destinados a autoconsumo, son mucho más caros en comparación con el resto de fuentes de energía, pero no hay que olvidar que esta modalidad de producción no compite en el mercado mayorista con el resto de fuentes de energía, sino que compite en el mercado minorista, donde la electricidad tiene un precio bastante más alto.

En el artículo arriba citado se pueden ver varios ejemplos de contratos de suministro eléctrico a gran escala por debajo del precio de las energías fósiles. Por ejemplo, Austin Energy, en Texas, se ha contratado la producción de energía solar a menos de 5 céntimos por kwh durante 20 años. Por otro lado, en Oklahoma, la Grand River Dam Authority ha anunciado la aprobación de un acuerdo de compra de electricidad con un nuevo parque eólico. Grand River estima que este acuerdo ahorrará a los consumidores 50 M de dólares. En 2013, las "utilities" consiguieron cerrar contratos de energía eólica a una media de 2,1 céntimos por kwh. Esto supone una bajada significativa en relación a los 5 céntimos por kwh de hace 5 años.

También en Oklahoma, la American Electric Power camina en esa dirección, en el último año ha acabado triplicando la cantidad de energía eólica que compra debido a los bajos precios. Según afirman, no necesitaban comprar energía renovable, sin embargo cerraron la operación para favorecer a los contribuyentes. La firma de contratos (de tipo PPA, Power Purchase Agreement) para estas energías alcanzó un récord en 2013 y se ha acelerado en 2014, especialmente en la zona de las Grandes Llanuras y en el Suroeste del país, donde los recursos renovables son más abundantes.

No obstante, este espectacular crecimiento de las energías renovables se puede interrumpir a partir de enero a causa del control de las dos cámaras legislativas por los republicanos, que podrían intentar llevar a cabo una contrarrevolución, y apoyar una técnica tan perjudicial como el fracking, frente a las energías renovables. Para que el lector que no lo conozca se haga una idea, esta técnica está vinculada con el aumento de la contaminación en las aguas profundas y el incremento de la probabilidad de los terremotos a causa de la alta presión del cóctel de químicos que se inyecta en los pozos para sacar el petróleo. En zonas áridas o con escasez de agua estacional estos riesgos pueden ser mayores.

En España las consecuencias de inyectar un fluido a alta presión en el subsuelo las hemos visto con el proyecto Castor, que tuvo que ser cerrado —previo pago por parte de todos los contribuyentes de una indemnización a la empresa de Florentino Pérez— a causa de los terremotos que provocaba, previo nefasto estudio de impacto ambiental que no consideraba tal posibilidad. Además, según diversas estimaciones, el petróleo extraído a través de esta técnica apenas es capaz de producir la misma energía que se utiliza para obtenerlo. Además, la caída del precio del petróleo a 50 dólares el barril, hace caer el precio del gas al estar indexado a este, y por ello esta técnica deja de tener ningún tipo de interés, produciéndose la que ya se empieza a llamar la "burbuja del fracking". En definitiva, confiemos en que los republicanos tengan sentido común y continúen apoyando las energías renovables.

Más de un lector se preguntará si España está participando de esta revolución tecnológica o si, como siempre, dejaremos que el resto inventen y nos tomen la delantera. Por desgracia, esto último es lo que está sucediendo. España instaló muchas energías renovables en un momento en el que eran más caras, pagando un importante sobrecoste que tenía, sin embargo, la ventaja de que convertía al país en un referente tecnológico capaz de exportar su tecnología al resto del mundo. Hubo torpeza en la gestión, caos regulatorio y precio excesivo de primas en algunas tecnologías y falta de regulación del autoabastecimiento, pero la llegada del actual gobierno, hizo que los anteriores equipos parecieran expertos. Impuso una moratoria a la instalación de energías renovables, lo que ha paralizado el sector y no ha permitido aprovechar el bajo coste de las renovables para reducir la dependencia energética —que supone la mayor salida de divisas de este país— y aligerar la pesada carga que representa para las familias españolas la factura de la luz.

Por suerte, en 2015 tenemos la oportunidad de cambiar esta situación y apostar por un gobierno que apoye esta revolución, es decir, que sepa ver que el kWh más renovable es aquel que no se produce y apueste por la gestión de la demanda, la eficiencia energética, la bajada del consumo energético y las renovables. Esperemos que los ciudadanos escojamos correctamente y que las dudas que puedan existir se debatan con datos y rigurosos y con transparencia. El planeta nos va en esa elección.

__________________________________

[i] http://www.lazard.com/PDF/Levelized%20Cost%20of%20Energy%20-%20Version%208.0.pdf

Más Noticias