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Rescate ecológico de España

Fernando Prieto
Observatorio de la Sostenibilidad @futursostenible

Cualquier tipo de política pública que pretenda ser sostenible en el futuro deberá tener en cuenta el medio ambiente, la ecología y por supuesto los límites del crecimiento. Existen límites nos guste o no, respecto al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la capa de ozono, la acidificación de los océanos, o la contaminación de los suelos, o los más evidentes como la ocupación del suelo en un espacio siempre finito, etc. Por ello, las políticas económicas, de infraestructuras, agrarias, forestales, energéticas deberán tener esto en cuenta pero también las de empleo, de fiscalidad, de I+D, de educación, de sanidad, etc. Es decir cualquier tipo de política pública, tendrá que tener en cuenta sí o sí, el medio ambiente. Lo mismo sucede para las actuaciones de las empresas, hay sectores en los que el tema e mucho mas evidente como las empresas agrarias, alimentación o el sector primario, o energéticas y constructoras, pero también para los servicios (¿alguien concibe el turismo en un sitio degradado?) por supuesto a la banca o los seguros.

Además cuanto antes se haga mejor, es decir cuanto antes se incluyan los elementos preventivos y de integración de los criterios ambientales y de sostenibilidad en la economía y en las políticas más dinero ahorremos posteriormente. Igual que con el cambio climático o con la contaminación atmosférica en las ciudades o en otros temas ambientales como los incendios forestales, existe un coste de no actuar que supera en mucho la prevención y la realización de actuaciones tempranas.

En España se han sucedido políticas ambientales en los últimos 40 años con desigual fortuna. En otro espacio describiré y evaluaré las etapas de los diferentes partidos respecto a su política ambiental y los resultados de la misma. Aquí solo realizaré una serie de propuestas pensando en futuro e intentando olvidar quien nos ha llevado a la situación en que nos encontramos.

Necesidad de un rescate ecológico:
Unas cuantas pinceladas respecto al estado actual del medio ambiente en el país se puede observar a continuación. Por ejemplo, y en cuanto a reducción de emisiones, tema clave para el cambio climático, somos los últimos de la EU28 en cuanto a reducción de emisiones en toneladas y uno de los últimos en cuanto a porcentaje de reducción de emisiones (datos de noviembre de 2014), el reparto de emisiones a las grandes emisores de CO2 se hizo con una gran generosidad que benefició a petroleras y cementeras a través de las ventas de derechos de emisión y que no consiguió la reducción de emisiones esperada. Respecto a la Red Natura, es cierto que tenemos una gran superficie declarada casi un 30% (de los mayores países de la UE), pero estamos apunto de incumplir plazos ya que la inclusión definitiva en el catálogo depende de que las comunidades autónomas hayan completado a tiempo los planes para una correcta gestión de los mismos. Y estos planes están sin desarrollar, es decir existe una Red Natura sobre el papel, pero no en la realidad. La Comisión Europea ha abierto por ello un procedimiento de infracción y las autonomías intentan llegar a tiempo. En en depuración de aguas, por ejemplo, tenemos varios expedientes abiertos por la Comisión por la no depuración de las mismas en ciudades y por no haber hecho los trabajos de planificación hidrológica de acuerdo a una lógica ecosistémica (y no solo un catálogo de obras) olvidando una vez más la gestión del agua desde un punto de vista integral y no solo como un sector donde hacer obras. Por su parte el medio rural nunca ha estado tan desertizado, por ejemplo el fenómeno de la despoblación que sufre la Serranía Celtibérica, en las comunidades de Aragón, Castilla y León y Castilla La Mancha, ha llegado a las páginas del 'Financial Times' en la Serranía Celtibérica, con una extensión que duplica la de Bélgica, tiene una despoblación similar a Laponia, por debajo de ocho habitantes por kilómetro cuadrado. Programas como potenciar la ganadería extensiva que habrían permitido fijar población se han omitido sistemáticamente desde la administración. La edificación de la costa es tan enorme que en algunas provincias ya está edificado el 90% de los primeros 500 metros de costa, y el gran desarrollo de la construcción afecta directamente al turismo, que es uno de los pocos sectores que sobre los que descansa la economía. La calidad del aire en las ciudades sigue afectando de una forma grave a la salud de los ciudadanos, especialmente a niños y enfermos, sobre todo en ciudades como Madrid o Barcelona. Todas estas tendencias señalan la existencia de un grave problema para todos, especialmente para las generaciones futuras pero también y sobre todo para nosotros y por ello la necesidad de plantear un rescate ecológico para España.

Una nueva política de sostenibilidad:
Pensando en el futuro, la nueva política de sostenibilidad, que abogue por este rescate ecológico de España se pueden dividir en tres grandes áreas, por una parte los relacionados con el territorio, la biodiversidad, y el medio rural, por otra parte los más relacionados con la calidad ambiental, las ciudades, la calidad del aire y finalmente las relacionadas con los problemas globales desde el cambio climático hasta el diseño de la propia economía.

Respecto al territorio:
• La gestión sostenible de las áreas destinadas para agricultura, acuicultura y silvicultura.
• La restauración de ecosistemas claves, particularmente los asociados a la provisión de servicios importantes como la disponibilidad del recurso hídrico y la biodiversidad.
• Incremento de resiliencia de los ecosistemas al cambio climático, con aumento de reservas de carbono, a través de la conservación y restauración de los ecosistemas degradados, contribuyendo a la adaptación y mitigación del cambio climático.
• Una política rural que mantenga la biodiversidad mediante la gestión tradicional.
• El control de los incendios forestales desde un enfoque preventivo, y que apueste por una gestión forestal sostenible.
• La realización de corredores ecológicos entre espacios protegidos, para generar una red viva de espacios protegidos.
• La importancia del litoral y de un plan específico para el mismo que impida la construcción en los primeros 500 metros de costa, contemplando un plan de gestión integrada de zonas costeras y que anule la ley de cotas de 2013 que va a permitir el aumento de la urbanización en la costa y la desprotección de sistemas de dunas y salinas.
• La protección en los parques nacionales y por supuesto que no permita cazar en los mismos.
• Una política de ahorro y gestión eficiente del agua, que asigne caudales ecológicos, que gestione la sequía, que apueste por la gestión pública del agua.

Siguiendo por el tema de calidad ambiental, ciudades, energía:
• Apoyar las energías renovables hasta que sean rentables por si solas, es evidente que son el presente y el futuro.
• Buscar como primer opción el ahorro y eficiencia energética.
• Facilitar el autoabastecimiento y la energía distribuida, potenciando para empezar un millón de tejados solares, e impidiendo la pobreza energética.

• Evitar la energía nuclear, por insegura y cara.
• Control de la contaminación y degradación de ecosistemas acuáticos.
• Minimizar la producción de residuos, potenciar el reciclaje de todos los recursos, también de los urbanos, con el objetivo final de residuos cero.
• Protección de la salud por la mala calidad del aire y que se modifique tanto el transporte individual (un 80% de la contaminación), como de las fuentes fijas que siguen afectando a las ciudades (incineradoras, centrales térmicas, industrias), lo que pasa por un plan de mejora de la calidad del aire.
• El apoyo al transporte público que descongestione las ciudades y del transporte de mercancías por ferrocarril.

Finalizando con los temas más globales o de diseño de la propia economía:
• Iniciar de una manera seria el cambio hacia una economía baja en carbono, poniendo un precio al carbono emitido.
• Basarse en la gestión de la demanda, en lugar del aumento de la oferta, tanto en agua (desalación o trasvases frente a ahorro y eficiencia), como en energía (ahorro y eficiencia en vez de aumento de producción), como en otros sectores.
• Poner en marcha una economía circular, que aplique el criterio de la cuna a la cuna, apostando por el reciclaje de todos los materiales.
• Potenciar los aspectos preventivos, con criterios de minimización de impacto, de rigurosa evaluación ambiental de proyectos y estratégica de planes.
• No traspasar una serie de líneas rojas mientras no se demuestre que no tienen efectos sobre la salud o los ecosistemas, como por ejemplo respecto a tecnologías como el fracking –que va en dirección contraria a las bajas emisiones y que contamina recursos escasos como el agua–, o los transgénicos, o la utilización y síntesis de compuestos químicos peligrosos o cancerígenos.
• Evitar los riesgos de apoyar un Tratado de Libre Comercio UE-EEUU sin evaluar (ante los posibles impactos sobre países en desarrollo y sobre el nuestro).
• La promoción de planes para la producción y consumo sostenible.
• El apoyo al I+D+i buscando una economía del conocimiento.
• La imposibilidad de especular con la vivienda, mercado que ha permitido enormes bolsas de viviendas vacías, con gran consumo de suelo y de recursos mientras es un bien inaccesible y prohibitivo para capas de la población.
• El desarrollo de políticas fiscales que incentivadoras para las empresas que tengan menor impacto o que emitan menos CO2.
• El aumento de la transparencia y rendición de cuentas a las empresas mediante la obligación de la responsabilidad corporativa.
• El aumento de las garantías para el medio ambiente en la ley de impacto ambiental, incluyendo la biodiversidad, va a tener beneficios para todos.

Algunos de los objetivos transversales que subyacen a estos planes y programas son:
• Las políticas se diseñan y se ejecutan para el aumento del bienestar de los ciudadanos, del bien común y no de las corporaciones o de los políticos, por ello es fundamental averiguar la opinión de los ciudadanos y por supuesto el establecimiento de indicadores de sostenibilidad, de calidad de vida y de bienestar y no solo basarse en el PIB.
• Las políticas se evalúan con criterios de eficiencia, sostenibilidad, pertinencia, complementariedad, etc., y se deben cuantificar los costos, los impactos y los resultados.
• Las políticas incluyen desde su concepción criterios de sostenibilidad para que no haya contradicciones entre las políticas, es decir que haya complementariedad, por supuesto se deberán suprimir las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente. Evitar la ineficacia de ejecutar políticas contradictorias, (por ejemplo, apoyar el carbón y proponer la reducción de emisiones o hacer un mercado de emisiones regalando millones de derechos de emisión a petroleras y cementeras). La adopción de medidas tempranas como fomentar una adaptación al cambio climático por parte de los gobiernos, ayuntamientos y empresas, (éste país va a ser los más afectados) va a proporcionar ventajas tempranas a todos.

Y, por supuesto, las decisiones deberán basarse en la mejor ciencia disponible sobre la que deberá haber una adecuada gobernanza, y no en intereses coyunturales limitados al corto plazo. Así, estados, ayuntamientos, empresas, sociedad civil y ciudadanos podrán transitar hacia la era de la sostenibilidad. Estas actuaciones supondrán mejoras también para la economía como acaba de hacer EEUU, por ejemplo, en las actuaciones serias de reducción de emisiones. Algunas medidas inmediatas y concretas deberán ser la derogación y/o cambios legislativos en ley de costas, ley de parques nacionales, ley de impacto ambiental, sistemas de retribución de energías renovables, facilitación de autoconsumo energético y en la todavía no aprobada ley de montes.

La política ambiental europea deberá contemplar las diferencias entre los países del norte y del sur, en los recursos naturales, hídricos, entre ecosistemas y gestión tradicional de los países miembros, especialmente de los más pobres que son los del sur, que curiosamente van a ser los más afectados por el cambio climático. Por ello, en el camino hacia el desarrollo sostenible será imprescindible conseguir una nueva política europea de sostenibilidad basada en las peculiaridades del sur.

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