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El turismo de masas en un mundo globalizado

Rubén F. Bustillo
Máster en Economía Internacional y Desarrollo

Ya estamos en verano. Algunos, los que pueden, preparan sus vacaciones y se disponen a disfrutar de un merecido descanso. Muchos de los destinos elegidos serán lugares exóticos en países empobrecidos. Aunque los países desarrollados, principalmente europeos, continúan siendo los principales receptores y emisores de los flujos turísticos, los datos muestran que el porcentaje de turistas que reciben los países en desarrollo ha ido incrementándose siendo, en el año 2013, el 46,6% del total de llegadas internacionales.

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Cuota de mercado economías avanzadas- emergentes (%).Fuente: Organización Mundial del Turismo

Si observamos esta actividad en términos de desarrollo podemos distinguir dos grandes posiciones o corrientes enfrentadas. Por un lado encontramos aquellos que consideran el turismo como una posible solución al subdesarrollo y una herramienta capaz de modernizar las economías locales. Esta visión guarda una estrecha relación con los postulados clásicos de las ventajas comparativas (conceptos en los que se fundamenta la teoría del comercio internacional). Los países en desarrollo, aseguran sus defensores, haciendo uso de la mano de obra barata y de la abundancia de recursos naturales, pueden beneficiarse del turismo internacional liberalizado. Esta actividad aportaría beneficios económicos a estos países y consecuentemente contribuiría a mejorar de las condiciones de vida de su población. Los posibles efectos negativos que se puedan producir serían compensados por los ingresos obtenidos, y podrían ser reducidos a un mínimo mediante códigos de conducta de las empresas que participan en esta actividad (en gran parte multinacionales), promoviendo un turismo sostenible, desarrollando un código ético, etc. Esta es la postura más extendida y compartida por la mayoría de gobiernos y organismos internacionales (entre los que destaca la Organización Mundial de Turismo).

Por otro lado encontramos posicionamientos críticos que ponen en tela de juicio la idea de turismo como potenciador del desarrollo. De acuerdo con esta corriente, en cierta medida heredera de los postulados planteados por la corriente "dependentista", el turismo globalizado en lugar de fomentar el crecimiento y desarrollo acentuaría la relación desigual entre los países del centro y los países de la periferia. Algunos autores, entre los que destaca Rodrigo Fernández Miranda, subrayan las consecuencias negativas que resultan de la actividad turística y defienden que el PIB solamente muestra la riqueza material, sin contemplar la destrucción del medio ambiente, la biosfera, la distribución de la riqueza, la repatriación de beneficios a occidente, la generación de residuos, la satisfacción de necesidades o el impacto social que esta actividad produce.

Este sugerente debate continúa vigente hoy en día y, con toda seguridad, estará presente en un futuro próximo debido al rápido crecimiento y a la cada vez mayor relevancia de esta actividad en el conjunto de la economía.

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Llegada de turistas y previsión para 2030. Fuente: Organización Mundial del Turismo

No se pretende hacer una descripción de las consecuencias de esta actividad ya que considero que otros textos [1] recopilan esta información de forma detallada para aquellos interesados. La importante contribución económica de la industria turística es innegable así como también sus consecuencias negativas en numerosos aspectos (socioeconómico, cultural, medio ambiental, etc.). No obstante considero relevante reflexionar sobre la dinámica que subyace ante el rápido crecimiento de lo que conocemos como turismo globalizado o turismo de masas.

Turismo y globalización

La imparable expansión del fenómeno que comúnmente conocemos como globalización es una realidad patente. La industria turística, como actividad importante de la economía global no ha sido ajena a este fenómeno y por lo tanto ha ido evolucionando a la par que lo ha ido haciendo la economía en su conjunto, siguiendo los fundamentos teóricos del pensamiento o corriente neoliberal. Por lo tanto, los acontecimientos históricos que han ido forjando la configuración de la economía globalizada (el fin del patrón oro, los acuerdos de Bretton Woods, el Consenso de Washington, etc.) son también hitos históricos que explican el proceso que ha conducido a la configuración y diseño de la industria turística como la conocemos a día de hoy. El desarrollo de esta industria es por lo tanto el reflejo de un progresivo proceso de liberalización del movimiento de capitales, del auge de la financiarización, del proceso de deslocalización o de la necesidad incesante de búsqueda de beneficios e incremento constante de la tasa de ganancia por parte de los grandes capitales en determinados espacios económicos a nivel mundial.

La globalización, entre otras consecuencias, ha supuesto también un gran impulso a la centralización y concentración del capital. Impulsado fuertemente por las nuevas tecnologías, hemos sido testigos de un progresivo proceso de transformación tanto de los procesos productivos como de la estructura económica mundial. La industria turística, afectada también por este proceso, ha ido sufriendo cambios tanto en la organización de su estructura, en los productos y destinos ofrecidos y en la importancia relativa de los agentes [2] que configuran lo que podemos catalogar como turismo globalizado. Además, las transformaciones técnicas y organizativas que se han producido en el sector servicios gracias en gran medida al proceso de fusiones y adquisiciones de los grandes partícipes han incidido en un abaratamiento de los servicios turísticos.

No es posible entender el desarrollo que ha ido tomando la industria turística sin relacionarlo con el modelo imperante de creciente producción y con el auge de lo que denominamos sociedades de consumo. Aunque es indudable la necesidad inherente en el ser humano por descubrir, conocer o entender el mundo en el que vive, vemos como el deseo por visitar sitios nuevos o entrar en contacto con culturas exóticas está en auge. Muchas son las razones que podrían explican nuestro deseo por viajar, desde la influencia que ejerce el marketing de las empresas turísticas a la necesidad de escapar de la gran ciudad o del ritmo que impone nuestro modelo de vida. Sergei Latouche consideraría este fenómeno como consecuencia de una "bulimia de consumo en un mundo totalmente colonizado por la telebasura" [3]. Por otro aprte, la influencia de las campañas publicitarias, el auge de las nuevas tecnologías de la información y comunicación o la desregulación de los servicios son factores que permiten explicar el aumento y la diversificación de la oferta turística, facilitando al consumidor nuevas aventuras libres de riesgo, proporcionando productos turísticos para todos los gustos [4], para intentar satisfacer la insaciable necesidad de consumir que el turista, en términos de relaciones Norte-Sur, puede permitirse debido a su mayor poder adquisitivo. El desarrollo del turismo de masas es por lo tanto un fenómeno que pone en relieve el insaciable deseo de consumo sin límite existente principalmente en los países ricos.

Por lo tanto, podemos afirmar que el auge de la demanda turística y el aumento de la oferta, junto a una progresiva disminución de precios, produce un turismo coherente con la lógica de la economía globalizada.

La lógica en la que se desarrolla esta actividad sitúa a los países y a los individuos en una situación específica donde juegan un papel determinado según un funcionamiento global establecido. Para los países desarrollados el turismo posibilita nuevos espacios económicos que explotar y aporta inmensas cantidades de divisas. Por otro lado encontramos países que requieren la llegada de turistas (a veces a cualquier precio llegando incluso a relajar su legislación laboral o medio ambiental para favorecer la llegada de inversión extranjera) y para los cuales el turismo se ha convertido en un modelo de desarrollo en sí mismo y la única vía para poder escapar de la situación en la que se encuentran. Estos países y sus ciudadanos son, en última instancia, los que soportan las externalidades [5] que genera este sector.

Existen numerosos ejemplos de países completamente dependientes del turismo, especialmente, aunque no solo, en zonas del Caribe y del Pacífico. Estas economías se sitúan en una posición de dependencia con respecto a la situación económica y financiera de los turistas de los principales países emisores o con respecto a un cambio de preferencias en los destinos.

Taleb Rifal, secretario general de la Organización Mundial del Turismo afirmaba a finales de 2012 (al superarse el umbral de los 1000 millones de turistas) en la presentación de la campaña "mil millones de turistas, mil millones de oportunidades" que "cada turista representa una oportunidad para alcanzar un futuro más justo, más integrador y más sostenible". Esta afirmación corrobora la premisa de que cuanto mayor sea la actividad turística mayor serán los ingresos y beneficios para todas las partes. No obstante el desarrollo del turismo globalizado como actividad económica refleja la bipolaridad existente a nivel mundial entre los países del centro y los países de la periferia y las relaciones, que en el marco de una economía globalizada, se produce entre ellos. El turismo globalizado está por lo tanto determinado por la misma lógica que rige el capitalismo global y está fundamentado en los mismos principios (proceso de acumulación por imposición, en una expansión sin límites, en la propiedad privada de los medios de producción y en un progresivo proceso de mercantilización de todos los espacios existentes).

Según la Organización Mundial del Turismo, el turismo sostenible es aquel que tiene "plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas". Sin ánimo de culpabilizar a los consumidores de turismo, consideramos que para alcanzar una situación de turismo sostenible en el tiempo, como describe la OMT, debemos tener presente y ser conscientes de la manera en que se configura el diseño de esta industria, conocer sus principales partícipes y beneficiarios (y las relaciones de poder que existen entre ellos) su evolución histórica (ligada íntimamente con la evolución histórica del capitalismo y el auge de la corriente neoliberal) y las consecuencias reales, a veces invisibilizadas, que el diseño actual del turismo de masas produce.

Crece la conciencia medioambiental, cada vez somos más conscientes de donde y en qué condiciones se produce los objetos que consumimos y crece el rechazo a ciertas prácticas o abusos. Es preciso pensar también en la actividad turística, denominada por algunos "industria sin chimeneas", en estos mismos términos. Que el carácter alegre y festivo de este sector no nos impida ver el fondo.

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[1] Entre otros recomiendo leer MIRANDA, R,F. (2011): Viajar perdiendo el sur. Crítica del turismo de masas en la globalización. Libros en Acción o Nowicka, P (2008): Vacaciones en el paraíso. Turismo y desarrollo. Dossiers para entender el mundo. Intermón Oxfam.

[2] Entre los principales agentes que configuran el turismo globalizado destacan las compañías aéreas (especialmente las tres grandes alianzas mundiales: Oneworld, Skyteam y Star Alliance), las principales cadenas hoteleras, los grandes tour operadores y principales agencias de viaje, los principales lobbys o grupos de presión y los organismos internacionales.

[3] LATOUCHE, S. (2008): La apuesta por el decrecimiento. ¿Cómo salir del imaginario dominante?. Icaria. Pg. 148.

[4] Las opciones para el consumidor turístico son enormes y a veces sorprendentes. Desde paquetes turísticos tradicionales, sol y playa, cruceros, destinos exóticos, de aventura, LGTB, turismo de pobreza, turismo de solteros, turismo sexual, temático, gastronómico, a un largo etcétera.

[5] Las consecuencias y externalidades de esta industria son muchas y por lo tanto es necesario reflexionar sobre las consecuencias de esta actividad. Considero que Fernández Miranda acierta cuando asegura que cuanto más crezca y se desarrolle este tipo de turismo más crecerán las desigualdades sociales y mayor será el impacto medio ambiental y socio cultural.

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