¿Es Spotify el futuro para el negocio de la música grabada? Aunque hay dudas sobre su rentabilidad, es el único sistema que ha puesto de acuerdo a todos los actores involucrados en la cadena de transmisión de la música: discográficas, artistas y oyentes. Los dos primeros obtienen beneficios económicos (aunque todo parece indicar que en una proporción bastante menor que en la era del soporte físico) y los terceros tienen acceso a un vastísimo catálogo de forma gratuita (en el modelo con publicidad) o pagando 10 euros (en el modelo Premium, sin publicidad y con posibilidad de escucha offline).

Su éxito ha sido imparable. En España ha logrado millón y medio de usuarios en un año. Normal: el catálogo que ofrece es muy completo (casi todos los sellos, multinacionales e indies, están ahí) y la experiencia de usuario (así se denomina a la accesibilidad o manejo del internauta) es la mejor que se ha conocido hasta el momento.

Sin embargo, las posibilidades de supervivencia de Spotify pasan porque aumente el número de suscriptores premium. Con la publicidad no será suficiente. Ese será por tanto el objetivo de la compañía para 2010, según me dijo hace una semana Lutz Emmerich, director de Spotify España.

Es más: el discurso de la compañía ya ha cambiado. Si hace un año el mensaje de Spotify apuntaba a "escuchar música es gratis", en sus últimas apariciones en prensa, su presidente, Daniel Ek, ya habla de que la música "hay que pagarla". Esta semana estuvo en el South by Southwest de Austin y anunció que el número de suscriptores premium ya estaba en 320.000.

Ek lanzó también un mensaje a, ojo, iTunes, animándoles a implantar un servicio en streaming similar al suyo. Ek quiere competencia, porque eso le abriría la llave del mercado americano. De todos es sabido que las dicográficas y las sociedades de gestión de derechos no le están poniendo fácil a Spotify su entrada en Estados Unidos. Uno de los motivos es que la tienda de iTunes hace negocio en el país y Spotify podría afectar a sus beneficios (en Suecia Spotify ya da más beneficios que iTunes).

Está claro que iTunes no quiere a Spotify en Estados Unidos, su mercado dorado, pero sabe que el modelo Spotify es el más sólido de los que ha aparecido para competir con las descargas gratuitas. Cuando Apple dio su visto bueno a la aplicación de Spotify en el iPhone ya dejaba entrever que el sistema le interesa. ¿Acabará iTunes montando su propio sistema de escucha en streaming?

Spotify necesita más usuarios Premium para sobrevivir. En España, los suscriptores son todavía pocos, según palabras del propio Lutz Emmerich. La pregunta es: ¿Merece la pena pasarse al sistema premium por 10 euros al mes? Este último mes lo he probado y estas son las conclusiones que he sacado:

1. Evidentemente, que te quiten los anuncios entre canciones mejora la experiencia de usuario considerablemente. Hay que tener en cuenta, y esto es algo que quizás la gente no sabe, que también se suprimen los incómodos banners que aparecen a los lados del menú.

2. Otra ventaja es que la calidad del sonido aumenta hasta 320 kb/sg, más del doble de la calidad del MP3 y equivalente a un CD de velocidad 2x. ¿Se nota? Lo único que puedo decir es que se escucha bien, tanto en un ordenador como en un móvil (yo tengo el XPress Music de Nokia y suena como un tiro).

3. Pero la gran alternativa del sistema premium está en la modalidad offline. Puedes descargarte hasta 10.000 canciones en tres dispositivos diferentes (puede ser un móvil, un portátil y un ordenador de sobremesa, por ejemplo). En la práctica, manejarlo es muy sencillo. Lo que te descargas son tus listas de reproducción. Para organizarlo, lo mejor es hacerlo en el ordenador, ya que las opciones para crear listas de reproducción en el móvil son más limitadas (por ejemplo, no puedes arrastrar un álbum al completo, lo que sí te permite el ordenador).

4. En el móvil, por tanto, puedes descargarte hasta 3.333 canciones (o lo que permita la capacidad de tu tarjeta de memoria). El proceso es muy fácil. Por ejemplo, la semana pasada hice en mi ordenador tres listas de reproducción: una con el 'Exile on Main Street' de los Rolling Stones, otra con el primer disco de Swell Maps y otra con el segundo de Los Punsetes. A continuación abro Spotify en el móvil, elijo modo online, selecciono las tres listas para que sean accesibles en modo offline y comienza la descarga, que no dura más de cinco minutos. A partir de ese momento, tengo esos tres discos accesibles offline en mi móvil, esté donde esté (hasta en África).

5. Alguien se preguntará qué ocurre cuando completas el cupo de las 3.333 canciones. Es probable que en un par de años un usuario pueda alcanzar fácilmente esa cantidad. Spotify permite entonces intercambiar canciones. Puedes eliminar 1.000 y cargar otras 1.000, por ejemplo.

6. Un inconveniente en la escucha por el móvil es que si te llaman por teléfono (al menos en el modelo XPress Music de Nokia) la reproducción se corta y no continíua atomáticamente, como sí ocurre con la escucha de las canciones almacenadas en el móvil en la forma clásica. Otro 'pero': no hay una barra que te indique el volumen al que estás escuchando la música.

7. El menú en el móvil es más limitado que en el ordenador (como decía antes, para crear listas de reproducción es más complicado), pero tras utilizarlo un par de veces es bastante cómodo. La canción que estás escuchando se despliega en una pestaña que puedes cerrar para seguir navegando en otras secciones de Spotify mientras la oyes. Además, existe la opción para minimizar el programa y utilizar todas las funciones del móvil mientras sigue activo Spotify.

La conclusión final: desde que tengo Spotify Premium sólo he escuchado música a través de Spotify Premium. Creo que a la mayoría de los aficionados a la música le compensará pagar 10 euros al mes por tener casi toda la música accesible rápidamente, bien catalogada y con un sonido de calidad, antes de tener que abrir el eMule o poner en google "Rolling Stones rapidshare".

Es un servicio de calidad por un precio competitivo. Habrá que vigilarlo, claro, para que no empeore con el objetivo de aumentar beneficios a toda costa. Para mí, es la primera tentativa seria de la industria por hacer negocio en la era digital. Ahora sólo falta que se lo crean.

Y tú: ¿lo has probado? ¿Te vale con el gratuito? ¿No te molesta la publicidad? ¿Lo utilizas en tu iPhone? ¿Qué piensas de la vida?

Y por cierto: no tengo comisión.