El detonador

El calentón de Rosvita en Madrid

Los inclasificables Rosvita incendiaron ayer la sala El Sol de Madrid con un concierto brutal. Hubo casi lleno para presenciar un show irrepetible, muy difícil de igualar.

El trío presentaba 'Grandes tormentos', su tercer disco y primero que no autoeditan. Lo han publicado con Everlasting, que próximamente, adelanto, anunciará otro fichaje de renombre. Provocaron una auténtica tormenta, con esa forma tan personal que tienen de unificar el indie-rock, el hardcore y el pop psicodélico instrumental.

No hubo tregua: un espasmódico Manolo se retorcía y botaba a los teclados y a la guitarra, Mane imprimía una furia ruidosa y contundente con el bajo y Nacho dibujaba enloquecidos ritmos con sus extrañas maneras a la batería.

La interpretación en vivo de su nuevo disco redimensionó las canciones, que sonaron mucho más frescas y vivas que enlatadas en CD. En la segunda fila, la electricidad te raspaba como una lija.

rosvita.jpgPero donde sonaron verdaderamente desbocados, alcanzando cotas de intensidad muy difíciles de ver hoy en día en un escenario, fue en temas como la alucinógena 'Hoy no he visto la luz' (con todas las primeras filas bailando), la trepidante 'Próxima parada QuiijadaQuemada' (lo más parecido a un esprint entre Cippolini y Abdujaparov que se ha hecho en música) o la brutal versión final de 'Llévame a caballito DF', tocada de una manera mucho más salvaje que en disco, una bomba atómica de ruido agresivo y rabia melódica.

Si a esto le unimos las descacharrantes baladas, entre Chiquito de la Calzada y Yo La Tengo, cantadas por el batería Nacho (humorísticas, sí, pero serias también), daban ganas de pagar un extra a la salida. No sé cuanto valía la entrada porque me invitaron, pero seguro que mucho menos que lo que merecían.

Perderse a Rosvita es perderse al mejor grupo español en directo a día de hoy. He dicho.

(Os dejo un vídeo de una actuación para Radio 3. La foto es chunga, pero es de ayer. Ah! Y el lunes, entrevista en Público).

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