El detonador

El monopolio de los conciertos

live-nation.jpgHay cosas que huelen mal. Un ejemplo (imaginario):

Imagínate por un momento que eres Pedro J. Ramírez, sí, el director de El Mundo. Y ahora imagínate que El País, tu más encarnizado competidor, se fusiona con la Asociación de Quiosqueros de España. ¿Cómo te sentaría? Probablemente, te ajustarías los tirantes y dirías: "El tipo que va a vender mis periódicos es el mismo que el que edita mi periódico rival". Es decir: El País va a vender ejemplares de El Mundo. ¿Huele o no huele mal?

Pues esto mismo, matiz arriba matiz abajo, es lo que pasa con la cacareada fusión entre Live Nation y Ticketmaster (sólo pronunciar sus nombres ya provoca escalofríos). Hagamos las presentaciones:

Live Nation: la promotora de conciertos más grande del planeta. En su cartera: Coldplay, Elton John, The cure y cientos más. Famosa por los contratos 360 grados que ha firmado con Madonna y U2: les pagan 100 millones de euros por gestionar su carrera durante una década. Live Nation: un emporio musical mastodóntico.

Ticketmaster: otro emporio, pero este de venta de entradas de conciertos (y teatro, cine...). El líder mundial en 'ticketing' (vendió 141 millones de entradas en 2007). Estados Unidos es como su sala de estar: es difícil, muy difícil dar un concierto en territorio yankee sin pasar por la caja de Ticketmaster. ¿Por qué? Porque Ticketmaster controla, ojo, los recintos de conciertos. Es decir, que si quieres tocar en el Madison Square Garden, o vendes tus entradas con Ticketmaster o ya estás buscándote un solar en las afueras de Nueva York.

Ticketmaster es como la SGAE: no cae bien. Tres jugarretas que ha hecho Ticketmaster que no le harías a un amigo:

1) A mediados de los 90 Pearl Jam denunció a la empresa porque no les permitió fijar un precio mínimo por concierto (Pearl Jam no querían que sus conciertos costaran más de 22 dólares). El grupo perdió la demanda.

2) Hace unos días, Bruce Springsteen ponía a la venta las entradas de su gira americana. Cuando se agotaron los tickets, la página de Ticketmaster te reenviaba automáticamente a la web de reventa TicketsNow (en Estados Unidos está permitida la reventa). Hubo fans que compraron entradas por el doble de su valor sin darse cuenta de que estaban comprando reventa. ¿A quién pertenece TicketsNow? Efectivamente: a Ticketmaster.

3) En Canadá, la compañía ha sido acusada de influir en el Gobierno para que cambien las leyes de reventa (y así poder llevar a la práctica el número 2, imaginamos).

La fusión entre Live Nation y Ticketmaster ha sembrado el pánico en el negocio musical. Los pequeños promotores, que también trabajan con Ticketmaster, se quejan: Live Nation podría acceder a información privilegiada de su compañía. El asunto está tan caliente que los chicos de Obama se quejaron y el Departamento de Justicia ya está trabajando para comprobar si hay o no monopolio.

"Y esto, ¿qué nos importa a los que vivimos en España?"
, estaréis pensando. Pues bien: si entráis en la web de Tick Tack Ticket, líder de venta de entradas en España (sí, los que te cobran 9 euros por gestión al venderte un ticket), os llevaréis una gran sorpresa. ¡Sí, ahora se llama Ticketmaster!

¿Más? Probad a entrar en la web de Gamerco, la principal promotora de conciertos en España (Franz Ferdinand, AC/DC, The Killers...). Mirad en la parte de arriba. ¿Qué pone? ¡Bingo! Live Nation, que compró Gamerco hace unos meses. No creo que nada de esto le haga mucha gracia a Doctor Music, por ejemplo.

Un tufillo raro sí que desprende el asunto, ¿no?  Pregunto.

Más Noticias