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Divide y vencerás

Las elecciones parlamentarias del domingo en Rusia tuvieron menos suspense que los congresos comunistas en la época de la Unión Soviética. Con un apoyo del 64%, Rusia Unida, el partido del presidente Putin, no se ha convertido aún en el partido único, pero tampoco anda muy lejos. Igualmente previsibles eran las denuncias desde dentro y fuera del país por los abusos en los comicios.

Aún con trampa, hay que reconocer que el resultado es un voto de confianza innegable para Putin. A muchos rusos, el estado de la democracia les debe de importar menos, mientras conciban que la economía va bien. Pero la comunidad internacional, y especialmente Europa, tiene un deber moral y también un interés estratégico en evitar que Rusia degenere en un estado autocrático. Por desgracia, detrás de la fachada de unidad en las condenas al fraude electoral, los miembros de la Unión Europea suelen divergir bastante en su forma de tratar al inquilino del Kremlin. El asunto incluso divide a los socios de la coalición en Alemania.

"Todos competimos por ser el mejor amigo de Putin por el tema de la energía", comentó la ministra italiana para Europa, Emma Bonino, ayer en la presentación del European Council on Foreign Relations, un nuevo think-tank paneuropeo en Madrid. En uno de sus primeros estudios, el instituto concluye que Putin ha logrado debilitar a la UE a través de crear estas divisiones. El último en conseguir esto fue George Bush a raíz de la invasión de Irak.

Thilo Schäfer

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