El mapa del mundo

Viaje a ninguna parte

Debe ser cosa de una mala planificación de la agenda presidencial, pero lo cierto es que el mismo día del inicio del viaje de George Bush por diversos países de Oriente Medio, la atención de la totalidad de los medios de comunicación, en Estados Unidos y fuera, estaba centrada en las elecciones de New Hampshire.

Cabe otra interpretación más sutil: es tal el escepticismo reinante en todo el mundo (pero sobre todo en la región) sobre los resultados de esta gira, que la propia Administración prefiere iniciarla de modo discreto, sin perjuicio de levantar el tono si por una casualidad diera resultados espectaculares. Es bien conocido que el actual presidente, en el comienzo de su último año en la Casa Blanca, anda desesperadamente en busca de algún legado positivo en su errática política exterior, pues el balance de los últimos siete años es de una pobreza desoladora.

Este viaje, por ejemplo, intenta relanzar Annapolis, pero en esta localidad, hace unas semanas, no se acordó nada más que una cosa: los líderes palestino e israelí seguirían reuniéndose, no hay un Plan de Paz de Annapolis, como no lo había en la famosa Hoja de Ruta, muerta antes de nacer. Israel ha vulnerado lo pactado en Annapolis, anunciando tres sucesivas ampliaciones de asentamientos en diez días. ¿Qué tiene que decir Bush al respecto? Mientras, las lanchas iraníes provocan a la Marina de EEUU, y con ello Ahmadineyad conseguirá más titulares y portadas que los palestinos. Para variar.

Pere Vilanova 

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