El mapa del mundo

La candidata es 'madonna'

Se equivocan, Sarah Palin tiene el mejor de los curriculum que podía encontrar John McCain: una breve carrera política –lo que reduce las posibilidades de encontrar asuntos sucios– y una vida familiar plena de personajes secundarios frente a los que Sarah se ha mostrado como una mujer de acción, ese perfil que tanto desea el candidato republicano para sí y los suyos.

Sarah podría haberse planteado arruinar la vida laboral de un ex cuñado malavenido tan fácilmente como organizar la boda por penalty de su hija adolescente.

Son viejos métodos, clásicos como las sagas familiares, a miles hay en la España profunda... por lo visto, a McCain le gustan así: mientras envía a su esposa a ejercer la caridad entre los futuros damnificados por el huracán Gustav, promueve a una madonna como vicepresidenta.

Como las heroínas ajadas, la gobernadora de Alaska encarna una vida privada que más quisieran los guionistas de un culebrón de sobremesa. ¿No se trata de arrebatarle la audiencia a Obama?: ahí tienen buenas tramas y subtramas. Frente al modelo de mujer que encarnaba Clinton, más cerca de Lilith que de Eva, sale a escena la nueva alternativa al líder negro.

El problema es que esta serie B es capaz de combinar la independencia estratégica de Estados Unidos (sobre el que, por lo visto, tanto sabe la candidata) con asuntos como el creacionismo, sin perder el hilo y con las pausas publicitarias pertinentes... y en ella podríamos aparecer todos.

Martha Zein

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