El mapa del mundo

Unas sanciones inútiles y cínicas

Mientras la Junta Militar que gobierna con mano de hierro Myanmar (Birmania) desde 1962 continúa reprimiendo brutalmente unas protestas iniciadas por los monjes y apoyadas por la población, la comunidad internacional ha reaccionado de la manera habitual: imponiendo sanciones contra el régimen birmano. Por ejemplo, el Gobierno estadounidense ha reforzado las sanciones contra los 14 miembros más importantes de la Junta. La UE, que ya había impuesto sanciones similares, ha amenazado con reforzarlas.
La hipocresía de los países occidentales es absoluta. Washington les prohíbe la entrada en EEUU a unos miembros de la Junta a los que les da igual ya que raramente salen de Birmania. Y sus cuentas en el extranjero, fruto de los beneficios personales de la explotación de los recursos naturales de uno de los países más pobres del sureste asiático, las tienen en lugares más seguros como Hong Kong o Singapur.
En cambio, ¿presionará el Gobierno de Bush a la empresa Union Oil of California (Unocal) para que ponga fin a sus negocios en Myanmar? Dicha empresa tiene el 28% de los derechos de explotación del yacimiento de gas natural birmano de Yadana, considerado uno de los más importantes del mundo y que busca llevar a través de un gasoducto a la vecina Tailandia, también implicada en el proyecto, al igual que la francesa Total, que posee el 31% y que cínicamente en su web señala que destina una parte de los beneficios a programas de desarrollo en Birmania. Todavía estamos a la espera de que el Gobierno francés, el mismo que siempre se llena la boca hablando de los derechos humanos, se pronuncie y obligue a esta empresa a poner fin a un proyecto que llena todavía más los bolsillos de los generales birmanos y sus familias.

La verdad es que las sanciones hace más de una década y media que existen y no han servido para nada. Mientras China, Japón y los países del sureste asiático continúen colaborando con la Junta, cualquier sanción es inútil. En la práctica, dichas sanciones afectarán ante todo a una población que soporta desde hace décadas una interminable crisis económica. Ellos ya son los principales perjudicados, no únicamente por la represión. No en vano, la crisis actual ha dañado para los próximos meses un sector tan importante como es el turismo, una de las fuentes principales de riqueza de Birmania

Daniel Gomà

Investigador visitante de la Universidad de Columbia (Nueva York)

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