el pingue

Cocina "conclusiva". Teatro sin bobadas.

Los programas de televisión y los canales temáticos de cocina tienen, desde hace años, gran aceptación. Veansé los datos de audiencia del programa de Arguiñano o el de su hermana Eva. También ha habido fracasos estrepitosos, como aquella Cocina del Infierno o El toque de Ariel.

Sin embargo, hay quien ha apostado por un programa nuevo, fresco, a pie de obra. Un espacio que deja claro qué quiere mostrar. Cocina sin bobadas, presentado por David de Jorge, es un programa que debería estar en una cadena de televisión a nivel nacional o simplemente ser el embrión para que todas las comunidades, nacionalidades, regiones,...... de este país, hicieran algo parecido. Es un auténtico placer ver, "de seguido", los resúmenes que han colgado en la web y sentir ganas de visitar el País Vasco. A mí, Castellano Leonés hasta las cachas, me gustaría ver algo parecido en relación a mi comunidad pero también respecto a Cataluña, a Andalucía, a Asturias, a Galicia,........ La pena es que a estos verracos se les ve muy a gusto en su tierra y tengo la sensación que allí tienen corte para rato.

Ayer me acordé de ellos mientras estaba embutido en la butaca del Teatro Calderón de Valladolid.  Emocionado asistía a la representación de Barroco, con Blanca Portillo, Asier Etxeandia, y Chema León. Allí, en plena guerra de ambiciones, de vanidades, de masoquismo, de desesperanzas y de traiciones, uvas estrujadas, fresas maduras abrazadas con los labios y sandías desangradas, hacen de nexo de unión en una fiesta sin bobadas.

Así termina esta primera temporada del programa de los Glotonios, con una sandía al wodka, mientras suena la música de la charanga amenizando los juegos y la comida de unos cuantos amigos a quienes ellos invitan, gentes de su entorno a los que sí sientan en su mesa a comer. División de un mundo tan peligroso como éste en el que, al igual que en la obra de teatro, es muy difícil saber si a quienes sientas en tu mesa o a horcajadas en tu regazo, te van a traicionar o no. 

  Cocina sin Bobadas y teatro sin ellas, también.

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