el pingue

Si un amigo te envía butifarras

butifarras-deulofeu.jpgHace unos años me enviaron flores a casa. Yo aún era un refugiado en la casa familiar, alrededor de la veintena, y mi vecina llamó para dar a mi madre el ramo que en realidad era para mí. Entendedlo, en un Valladolid de los ochenta, que un varón recibiera flores era novedad.

Hace unos días un desconocido con traje de Seur llamó a mi puerta y me entregó esa caja que veis. En ella todo un catálogo de butifarras, fuets, longanizas, lomos,..... El domingo, tras la lectura matutina de la prensa y el paseo hasta la panadería para comprar un pa de pagès, mi opositora y yo nos dimos un real homenaje, como el de Sofía con la Urbano.

No os digo más que mis cuchillos estaban recién afilados. Había guardado cuatro tomatillos  bien maduros -no es cursilería, es que eran los últimos de mi huerto urbano-. Después de tostar el pan, froté estos, rocié la rebanada húmeda con unas gotas de aceite y ordené lascas y lascas hasta que volvimos a hablarnos, pues hasta ese momento todos nuestros sonidos eran guturales.

¿Los culpables? Mis amigos M y M que viven cerca y les pedí, abusando, una caja repleta para obsequiar a mi santa. Y ahora yo os pregunto: ¿Qué preferís, una cajita como ésta o unas flores que, a pesar de la aspirina, en unos días fenecerán? 

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