el pingue

"Fila 15, asiento 9"

"Fila 15, asiento nº9", esa fue la butaca que pagué como congresista en el Primer Congreso Internacional de Micología. A partir de éste ya fui invitado a otros, incluso participé como charlista..... Fueron días en los que recordaba cuando pagaba y no llevaba bien que fueran los invitados y no participantes los que disfrutaran de las comidas y fiestas....  Lo pasé y me lo hicieron pasar bien quienes me sufragaban hotel, viaje y mesa, es de ley reconocerlo y agradecerlo. "La feria" ha ido dependiendo de donde hayas estado.

Recordaba hoy este  congreso al leer en el Aderezo el programa de la próxima edición del "micológico" y me preguntaba qué futuro tendrán estos eventos. Por lo que veo todos siguen, las administraciones quizá bajen la donación pero es cierto que para los políticos estos eventos son un buen reclamo de votos -quizá no baste con acudir sino en comprometerse educacionalmente, pero, ni soy político y me temo que ya poco congresista- y, cómo no, la ciudad que los acoge  es noticia durante días con el impacto publicitario  que supone el seguimiento.

"Fila 15, asiento 9"

El caso es que me preguntaba, recogiendo los primeros tomates de mi huerta urbana, si al año que viene no tendría que elegir la variedad, la que me gusta, y dejar estos tan uniformes para otra ocasión, aunque estén deliciosos. Sí, ya sé, ¿de qué estábamos hablando?...... Me preguntaba si los organizadores habían hecho labor de campo y se habían preguntado qué quiere el congresista que paga, el que coge coche o tren, alquila habitación y espera con la bandolera llena de publicidad, dossier y muestras gratuitas,  que cada año se repita un evento de estas características.

Me preguntaba y me pregunto si no son muchos, si no podría hacerse uno más ambicioso, juntando esfuerzos, haciendo que la ciudad que lo albergue se convierta en capital de la gastronomía mundial. Me pregunto si esta "diáspora" es buena, es sana para las arcas de los organizadores.... Para los congresistas que pagan, me temo que no. Me pregunto si no sería bueno lo contrario, hacerlos más pequeños, más cercanos y accesibles al ciudadano de la región, de la comunidad. Hacer eventos específicos en torno a un producto, o a una huerta.

Quiero decir que estoy hecho un lío, que los congresos siguen, el formato cambia muy poco a poco, la percepción del congresisita que paga es confusa y el esfuerzo cada vez mayor, también por parte de los organizadores. Lo que no me cabe en la cabeza, ahora que recuerdo mi primer congreso, es el cambio tan radical de unos años a esta parte. Aquel Lo Mejor de La Gastronomía en San Sebastián con el auditorio del Kursaal lleno hasta la bandera, con la mayoría de congresistas pasando por taquilla y con una salud de hierro, aunque ya entonces con "excesos" que no dejaban en buen lugar "la marca", aquello creo que no se repetirá en cuanto a audiencia.....

"Fila 15, asiento 9"

Y ahora, cuando el que acude a uno casi puede decir que ha acudido a todos, es cuando ni el uno ni los otros llenan. No llenan ni con Adrià, ni tampoco con los demás. ¿Qué sucede, qué hay que cambiar? No lo sé, pero quizá la solución está en quienes son parte fundamental de estos eventos: los congresistas, los que pagan.

Mucha suerte a todos para esta temporada que comienza. En ésta, me temo, sabremos dónde nos encontramos.

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