el pingue

Todo comienza....., y acaba. Apuntes, al menos.

Todo comienza....., y acaba. Apuntes, al menos.Me han dejado el cazo de aluminio con  mango de baquelita sobre el fuego apagado, con leche suficiente para el café. Al lado, sobre la tapa de la bilbaína, un plato de rosquillas fritas, de las de "la Esther",  y el frutero con tres paraguayas y unas nueces.  No ha amanecido y salgo ya por la puerta. "A las seis y media soltamos", me ha dicho Isaías.....

Todo comienza....., y acaba. Apuntes, al menos.

Las ovejas siguen detrás de su pastor al coger el cueto, los tres perros alrededor del ganado y uno de los burros cargado con dos alforjas, en una de ellas el almuerzo. Huele a tomillo y a espliego, a veces a pino. Desde lo alto del cerro observo  los corderos con pocos días de vida, saltando de aquí para allá, aún con el rabo largo, el que en otras épocas se guisaba....

Todo comienza....., y acaba. Apuntes, al menos.

Camino a duras penas por los rastrojos mientras veo cómo la cosechadora ha ido amontonando la paja y aún no se han hecho pacas de ella. Las burras se quedan atrás, "están inquietas las ovejas y las burras porque no te conocen"; quizá mis pintas de dominguero bandolero ....

Todas están con la "cabeza gacha", ramoneando y cogiendo de frente el aire. Avisa a los perros para que vayan a buscar a la burra y a la hija de ésta. Rebuznan mientras "Linda" brinca alrededor para que comiencen a caminar. La mirada de Isaías anda perdida, quizá piensa en la burra que ha nacido esta noche y que aún no "pina" bien las patas delanteras....

Todo comienza....., y acaba. Apuntes, al menos.

Al volver, tras la siesta borreguera de la mañana, las ovejas bajaron la cuesta llamadas por el agua del abrevadero. Mientras, un conejo despistado y que habita dos pacas aisladas al lado del camino, se mueve tranquilo, sin miedo, quizá deseando llegue la tarde para dar buena cuenta de las vezas...

Todo comienza....., y acaba. Apuntes, al menos.

Escribo estos apuntes mientras reordeno la estantería y recuerdo la lectura de El conejo, de Miguel Delibes.

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