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La placenta salvadora

En los muy escasos momentos en que la prensa inglesa no se dedicó la semana pasada a crucificar a Thierry Henry, la palabra de moda ha sido placenta. Los detalles son algo oscuros como corresponde a los métodos extravagantes con los que se prodigan curanderos y charlatanes, pero por lo que se sabe una fisioterapeuta serbia ha conseguido resultados espectaculares al tratar lesiones musculares de futbolistas.

No hablamos de hierbas tropicales ni de conjuros realizados a la luz de la luna llena. Su remedio mágico consiste en inyectar placenta de yegua en la zona afectada.

Antes de que la gente piense que este periódico está dispuesto a publicar cualquier cosa con tal de que sea divertida, deben saber que al menos los nombres de los pacientes están confirmados.

El que inició la ruta terapéutica hacia Lourdes, perdón Belgrado, fue el delantero del Arsenal Van Persie, con una lesión lo bastante grave como para dejarle en teoría seis semanas sin jugar. Si un tipo tan respetado como Arsène Wenger dio el visto bueno, la cosa no podía ser mala.

En esta temporada, no hay club más perseguido por los percances físicos que el Liverpool, así que no debe extrañarnos que los reds enviaran una auténtica expedición a la consulta de Marijana Kovacevic. Allá se fueron Benayoun, Riera, Fabio Aurelio y Johnson. Es de suponer que les harían descuento por viajar en grupo.

El caso es que algo tiene la placenta cuando la bendicen. Benayoun pudo jugar unos minutos el sábado y hasta anotó el gol del empate ante el Manchester City (ese equipo que se gastó 110 millones de euros en fichajes y que lleva seis empates consecutivos). Quizá su lesión no fuera tan grave o quizá en Liverpool están demasiado desesperados como para esperar.

Hay cosas que ni los curanderos pueden solucionar. Al equipo de Rafael Benítez le ha visto un batallón de tuertos de mirada aviesa. No hay jornada sin desgracias. Esta vez, fueron Agger y Babel los que se retiraron lesionados antes del descanso. En ambos casos, por golpes con los que no sirve de mucho sacar fluidos de las entrañas de un caballo, lo que en este caso debe considerarse otra desgracia más.

Supongo que en Liverpool ya se habrán enterado de que inspectores de sanidad y agentes de policía serbios han visitado la consulta de Kovacevic alertados por su repentina fama. Y por el pequeño inconveniente de que esta doctora en farmacología no tiene licencia para trabajar como fisioterapeuta.

Kovacevic no estaba para recibirlos y desde entonces no se sabe nada de ella. Como no aparezca, en Liverpool se van a comenzar a preocupar de verdad.

Quien no necesita ungüentos milagrosos es el Chelsea. Le faltaban cuatro titulares este fin de semana y aun así ganó 4-0. Aunque los demás equipos vayan a ritmo de galope, el equipo de Carlo Ancelotti lleva la marcha de una locomotora.

Iñigo Sáenz de Ugarte

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