El tablero global

Nuestros 'extravagantes' amigos en el mundo árabe

Ya no se sabe si son más extravagantes los amigos de Aznar como Gadafi o los amigos de McCain y Sarkozy como los dirigentes insurgentes libios –algunos de los cuales combatieron con Bin Laden–, cuyo actual líder, Abdeljalil, era el ministro de Justicia del régimen tiránico... o incluso los amigos de Cameron como el excanciller desertor libio, Musa Kusa, quien dirigía los servicios secretos cuando organizaron el atentado terrorista de Lockerbie, que mató a 270 personas en Reino Unido.

Puestos a conservar amistades, Obama ha decidido mimar al jefe del Comité Militar Supremo egipcio, el general Tantawi, a quien los diplomáticos estadounidenses llamaban (véase Wikileaks) "el perrito faldero de Mubarak", otro examigo que Israel y Arabia Saudí trataron de mantener en el poder, en una extravagante alianza inamistosa para salvar al raís, hoy preso por acumular una fortuna descomunal a costa de la miseria de su pueblo.

Ahí tenemos (en Yemen) al amigo Saleh, con el que EEUU contaba para frenar a los asesinos de Al Qaeda y que ahora se dedica a masacrar a sus compatriotas manifestantes, pero que va a gozar de una inmunidad absoluta según el punto final forjado por nuestros amiguísimos reyes, emires y sultanes del golfo Pérsico.

En cambio, en Siria nuestra única amiga era la bella esposa de Al Asad y después de las últimas matanzas tendremos que hacer amistad con sus adversarios... que (ahí, en ese país, sí) resultan ser islamistas enemigos jurados de Occidente.

Tanta extravagancia hemos alimentado en el mundo árabe, que el nuestro está patas arriba. Pero seguimos haciendo amistades peligrosas... siempre que vemos la oportunidad de hacer grandes negocios con esos amiguitos del alma tan aficionados a la tiranía.

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