El tablero global

Sospechosas estrategias militares ante un cataclismo

El Pentágono dio ayer la orden de que otros 4.000 marines y soldados, que partían con destino a África y el Golfo Pérsico, dieran media vuelta y se dirigieran a Haití, con lo que el número de militares de EEUU en esa pequeña nación devastada ascenderá a 16.000.

El despliegue deberá ayudar a paliar "las necesidades urgentes" de los haitianos, según el anuncio oficial. Lo que no dice esa propaganda es que también tienen órdenes de impedir un éxodo masivo de haitianos, para lo que la US Navy ha tomado militarmente todas las aguas territoriales haitianas, e impone la ley marcial en el aeropuerto de la capital. En cambio, muchos de los equipos de socorro y rescate estadounidense no lograron siquiera salir de EEUU hacia Haití, y quedaron sin transporte en aeropuertos de su país. Igual que los controladores del Pentágono dieron prioridad a los vuelos militares y desviaron repetidamente los aviones de Médicos Sin Fronteras con suministros médicos. Muchos heridos murieron por ese retraso.

Las tropas que desembarcan en Haití han sido entrenadas para invadir un país, conquistar las posiciones enemigas, dar muerte a los que les hagan frente y tomar el control del terreno. No están preparadas para dar asistencia humanitaria en una zona sin conflicto armado, ni parece que sus órdenes se limiten a eso, puesto que están ocupando los objetivos estratégicos y organizando un bloqueo marítimo del país. Entretanto, Guantánamo levanta un nuevo campo de internamiento para concentrar allí a los que logren superar el cerco.

Una estrategia demasiado bélica como para confiar ciegamente en los objetivos últimos de EEUU.

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