A contracorriente

El Brasil de Lula frente al Brasil de Cardoso

Lula y Cardoso se han encontrado en Sao Paulo. El primero llegaba desde el interior de la provincia de Pernambuco, en el noreste del país, y el segundo desde Río de Janeiro. En las tres últimas décadas, se han transformado en las dos personalidades políticas más importantes del país, enfrentados electoralmente seis veces —dos de forma directa, con victoria de Cardoso; dos entre Lula y candidatos de Cardoso, con victoria de Lula; y dos con la sucesora de Lula, con una victoria y la posibilidad de una segunda ahora.

Personifican dos diagnósticos y dos propuestas de país radicalmente distintos. Cardoso asumió el viraje de la socialdemocracia europea hacia el neoliberalismo y se presentó como el campeón de la lucha contra la inflación. Lula ganó la lucha contra la desigualdad.

Desde su primer enfrentamiento, la forma que asumió el neoliberalismo en Brasil con el Gobierno de Cardoso se opuso al antineoliberalismo que proponía Lula. Éste ya dijo que prefiere que la elección se decida en la segunda vuelta, por la contraposición más clara y directa entre los dos proyectos. Y es lo que se está dando en el tramo final de las elecciones presidenciales de nuevo este año.

Cardoso se jacta de haber derrotado dos veces a Lula, pero desde entonces sus candidatos siempre han perdido frente a él o frente a quien ha propuesto como sucesora. Ahora el legado es muy distinto. Hasta Aécio Neves, que aunque le reivindica y cuenta con un expresidente del Banco Central de su Gobierno como una opción para su Ministerio de Economía, le esconde. No ha aparecido ni siquiera para saludar en los programas de televisión, porque él es de los políticos con más nivel de rechazo por parte de los brasileños, con su Gobierno identificado como un Gobierno de los ricos en contra de los pobres. Mientras tanto, Lula no sólo no aparece más que Dilma en los programas de ésta, sino que es el gran astro de los comicios.

Cardoso ha dedicado toda su vida política después de la Presidencia a intentar desenmascarar a Lula. Una ardua tarea, dado el éxito que ha tenido y tiene Lula dentro de Brasil y en el mundo. Ahora es Lula quien se venga, aceptando recibir muchos de los  títulos de doctor honoris causa que le ofrecen, y fingiendo no conocer a Cardoso. Preguntado recientemente qué le parecía un artículo de Cardoso en el que le criticaba, Lula simplemente contestó:  "Yo no leo a Fernando Henrique Cardoso".

Este domingo por la noche estarán los dos, por sexta vez, aguardando el resultado de la nueva batalla. Lula en el mismo lugar donde vivía antes de ser presidente, en Sao Bernardo do Campo, ciudad de la periferia de Sao Paulo. Cardoso en el mismo sitio donde vivía antes de ser presidente, en los ricos barrios de los Jardines de Sao Paulo. O a lo mejor en su otra vivienda, ésta en París, en Avenue Foch, que adquirió después de la Presidencia.

Gane quien gane este sexto round, la continuidad para ambos está asegurada. Cardoso como garantía de que su partido vuelva a ser alternativa en 2018. En cuanto a Lula, ya es un hecho el anhelo de su vuelta.

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