A contracorriente

¿Perjudican los 'líderes fuertes' a la democracia?

La derecha está obsesionada con destruir la imagen de los grandes 'líderes populares' de la actualidad. Argentina y Brasil, entre otros, conocen muy  bien cómo esta preocupación ha estado dirigida hacia la reputación de Juan Perón y Getúlio Vargas, ya que, para la derecha, parecía que el liderazgo de ambos dañase a la democracia, en lugar de fortalecerla y legitimarla.

La derecha cree que la izquierda sólo puede imponerse mediante liderazgos carismáticos, 'populistas' en su lenguaje, que llegan a liderar mediante engaños, políticas de concesiones irresponsables desde el punto de vista macroeconómico —según ellos—, y sacrificando los intereses de la economía en función de su afirmación como líderes políticos. Hay teorías tan absurdas como las que intentan afirmar que Argentina habría entrado en un período histórico de decadencia con Perón, en lugar de exaltar la formidable democratización social durante ese período histórico.

Ahora que América Latina ha vuelto a desarrollar los procesos de democratización social, la derecha se empecina en atacar a los líderes de esos procesos, como si dependiera de su liderazgo personal. La destrucción de la reputación de Lula, Evo Morales, Rafael Correa o Cristina, según la derecha, frenaría la capacidad de esos países para continuar la democratización social.

Habría que preguntarse si Argentina era más democrática con la dictadura militar, con los gobiernos neoliberales o con los Kirchner. ¿Tenía el Estado más legitimidad y prestigio con los militares, con la dictadura del mercado o cuando los derechos de los ciudadanos fueron reconocidos?

¿Acaso Bolivia estaba mejor y era más estable y democrática con los gobiernos neoliberales de las dinastías blancas que dominaban un Estado mayoritariamente indígena o, en cambio, el prestigio del país y el apoyo popular nunca fue tan grande como con Evo Morales?

Brasil, que era el Estado más desigual del continente, ¿estaba mejor cuando era un país menos injusto, más integrado, que permitía una vida mucho mejor para los ciudadanos o cuando los mercados y las grandes corporaciones privadas mandaban en el país?

¿Ecuador vivió el mejor momento de su historia bajo el Gobierno de Rafael Correa o cuando estuvo gobernada por las oligarquías minoritarias?

Esos 'líderes populares' han fortalecido las democracias en esos países porque han integrado a las grandes mayorías, reivindicando sus derechos y legitimando los Estados a través de la representación de los grupos mayoritarios por parte del Gobierno. Así pues, han transcurrido los períodos de más estabilidad y continuidad política bajo la autoridad de esos dirigentes políticos.

¿Qué carácter tienen esos liderazgos populares? Tienden a representar, de forma directa, a gran parte de la población que está postergada por la política tradicional, por sus formas corrompidas de eligir representantes y por el poder del dinero y de los medios de comunicación privados.

La derecha sólo logra 'dirigentes fuertes', que utilizan la fuerza y la represión, típico de las dictaduras. También, cosecha presidentes con un prestigio efímero, basados en planes económicos a corto plazo, promovidos por la publicidad de los medios hasta que caen inevitablemente en desgracia y sus nombres quedan relegados a la peor parte de la política.

Mientras que los 'líderes populares' logran contornar los mecanismos corporativos en los que la derecha basa su poder —Congresos elegidos en base a campañas financiadas con mucho dinero, medios de comunicación monopolistas y grandes empresas privadas, entre otros—, para expresar, de forma directa, las necesidades de la población discriminada por la derecha. Por eso ganan más proyección, legitimidad y además, gozan del apoyo popular que los líderes de la derecha.

Los líderes que se hacen fuertes por el apoyo popular y por la legitimidad de sus gobiernos, crean unas democracias más sólidas, sin perjudicarlas. La derecha intenta, a través de sus campañas, empañar la imagen de líderes como Evo Morales, Cristina, Lula y Rafael Correa porque no tiene argumentos importantes contra ellos. Saben que un pueblo sin líderes, sin autoestima, sin sentimiento nacional, es víctima del derrotismo que la derecha quiere imponer en nuestros pueblos y países, para regresar al liderazgo de esa clase de dirigentes.

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