Tierra de nadie

El socialismo de Obama

La prueba de que Obama no es socialista la ofreció hace casi un año Billy Wharton, presidente del Partido Socialista de EEUU, en un artículo publicado en The Washington Post: "Si Obama fuera socialista yo lo sabría", dijo con más razón que un santo. Aún así, sus adversarios republicanos se han aficionado a tildarle de socialista, algo que a ambas orillas del Potomac equivale a que te mienten a la madre. La última medida del Nobel de la Paz habrá venido a reforzar la presunción de los chicos del elefante de que se la juegan con un diablo rojo vestido de Prada: aplicar un impuesto a los bancos para que el Estado recupere hasta el último centavo de los fondos que empleó en evitar su quiebra.

El canon es modesto, un 0,15% aplicable a una parte de los activos totales, pero sirve para poner de relieve la pasividad de Europa, donde habita el socialismo con pedigrí, que lanzó a final de año la idea de aplicar un impuesto a las transacciones financieras, es decir a la especulación, y le pasó el muerto al FMI sin precisar cuál debía ser el gravamen y advirtiendo de antemano que sólo sería eficaz si se aplicase globalmente. El rechazo de EEUU a la tasa Tobin de Bruselas la convierte por el momento en uno más de los papeles mojados que la UE acostumbra a fabricar para demostrar que iba en serio cuando se propuso refundar el capitalismo.

A la propuesta de Obama, con la que intenta castigar además la intención de las principales entidades financieras de seguir repartiendo bonos multimillonarios entre sus directivos como si nada hubiese sucedido, se ha sumado Zapatero, que sintoniza tanto con el inquilino de la Casa Blanca que ya ha confirmado que rezará con él en el tradicional desayuno de oración que organizan los cristianos de The Family en Washington el próximo mes de febrero. Se trata de una oración masiva, que tuvo su origen en el Seattle de la Gran Depresión, y que reunió a personas de diferentes confesiones para hablar con sus respetivos dioses de lo mal que estaban las cosas.

Ha dicho Obama que dedicará el dinero recaudado a los bancos en aligerar el déficit público. Aquí también queremos reducirlo, aunque en vez de a los bancos o a los ricos, el Gobierno pasará la factura más cuantiosa a los consumidores subiendo el IVA. Decididamente, vamos a tener que ponernos de acuerdo en eso de definir el socialismo.

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