Tierra de nadie

El PP ficha a las víctimas más populares

Las víctimas de los delitos tienen todo el derecho del mundo a expresar su dolor y su queja, y es obligación de los poderes públicos darles el apoyo y la solidaridad que requieran. Con las víctimas hay que ser generoso, pero la sociedad no puede conducirse de acuerdo a sus criterios. Tan insensato como que las víctimas de tráfico planifiquen una autovía, es que las de ETA dirijan la política antiterrorista o que las que han sufrido otro tipo de crímenes determinen la reforma de las leyes. Los políticos que hicieron la Transición no preguntaron a los represaliados del franquismo qué opinión les merecía que algunos colaboradores del dictador se convirtieran en padres de la democracia.

El PP, sin embargo, ha pasado del respeto a las víctimas a su instrumentalización más descarada, hasta el punto de practicar la sistemática captación de aquellas que considera que le reportarán beneficios electorales o apuntalarán su estrategia contra el Gobierno. Lo hizo con Ortega Lara, que acabó dando un portazo y despotricando contra Rajoy, lo que demuestra que meter en nómina a las víctimas, ya sea en el sentido literal o en el figurado, también tiene sus riesgos; convirtió a la AVT en una filial del partido, con la inestimable cooperación de Francisco José Alcaraz, al que después arrumbó cuando sus improperios resultaron inconvenientes; y arrimó a su ascua a Jesús Neira, que tras recuperarse mínimamente de la agresión sufrida, fue propulsado como líder de opinión porque no dejaba de insultar a Zapatero.

El último en añadirse a esta lista ha sido Juan José Cortés, el padre de Mari Luz, la niña asesinada en Huelva en 2008 por un pederasta reincidente, que tras darse de baja en el PSOE por el desapego a su campaña a favor de la cadena perpetua, ha hecho público su fichaje por el PP como asesor en temas de Justicia y, en particular, en la reforma del Código Penal que ha empezado a tramitarse en el Congreso.

Cortés es muy libre de optar por el partido que le plazca, especialmente si se le paga por ello, pero la actitud de los populares revuelve el estómago. ¿Aportará este hombre a Trillo algún planteamiento teórico sobre la prisión perpetua revisable o será tan sólo el rostro popular que mostrar en alguna rueda de prensa? Utilizar el dolor ajeno en provecho propio es muestra de una gran indecencia.

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