Tierra de nadie

¡Peligro, ley electoral! No tocar

Después de dos años de reuniones en una comisión creada al efecto, el PSOE y el PP han convenido que tenemos un sistema electoral muy apañado, que no es injusto que su representación parlamentaria sea superior en un 8,2% a sus votos, que la igualdad de sufragio está asegurada porque nadie vota más de una vez aunque a los socialistas les cueste 23.868 votos llevarse un escaño por Soria y a IU casi un millón conseguir dos en toda España, y que desbloquear las listas para que sean los ciudadanos y no los partidos quienes elijan a sus señorías iba a ser un lío para quien tuviera que contar los votos, así que mejor no complicar las cosas.

Han sido dos años de marear una perdiz y distraer al respetable, dos años para analizar informes como el del Consejo de Estado, con cuyas prudentes recomendaciones alguno ha ensayado la papiroflexia, dos años de amagar y no dar, porque sólo un ingenuo podría pensar que los grandes beneficiarios de las desigualdades del sistema iban a mover un dedo para corregirlas. Dos años, en definitiva, para concluir que la gran reforma que necesita la ley electoral es modificar la papeleta del Senado para cambiar el orden de los partidos y establecer un mecanismo que permita que las bajas por enfermedad prolongada o por nacimiento de hijos puedan ser cubiertas por parlamentarios interinos. ¿No les parece revolucionario?

Lo que socialistas y populares han perpetrado en la subcomisión es de una desfachatez clamorosa. Han comprobado que cualquier cambio, ya fuera aumentar el número de escaños de 350 a 400, como contempla la propia Constitución, reducir a un diputado la representación mínima inicial de las provincias, sustituir la fórmula D’Hont por otra que asegure mayor proporcionalidad o modificar el cómputo de los restos, reducirían las primas de las que disfrutan. El más afectado sería el partido del Gobierno, que una vez será el PSOE y otra el PP, por lo que ni en esto ha habido fisuras.

Con alguna de estas reformas, o con una combinación de varias, saldrían ganando partidos minoritarios de ámbito nacional como UPyD o IU, que en el mejor de los escenarios y con los resultados de 2008 habría pasado de 2 diputados a 13. Hasta cuatro fuerzas extraparlamentarias dejarían de serlo. También sería bueno para la democracia, pero eso, por lo visto, no tiene ninguna importancia.

Más Noticias