Por si no se han enterado, esto se hunde o lo parece, y lo que era una tragedia de griegos, que hasta se merecían que se les cortara el yogurt por hacer trampas con sus cuentas, ha pasado a ser un drama europeo que amenaza con representar en Portugal, Irlanda y España un sangriento segundo acto. Las mismas agencias de calificación que otorgaban a Lehman Brothers la máxima solvencia antes de enterarse por la radio de su bancarrota siguen teniendo credibilidad para extender el pánico y facilitar que los especuladores de siempre se forren como de costumbre. ¿Nadie les ha dicho a Standard & Poor, Fitch o Moody’s que hemos refundado el capitalismo?

Lo lógico hubiera sido que, tras contemplar como daban la puntilla a Grecia y rebajaban su deuda al nivel de los bonos basura, los líderes europeos aceleraran el rescate de Atenas, pero en vez de eso se han citado para el próximo 10 de mayo, que es como dejar una vaca en una piscina llena de tiburones y esperar que dos semanas después pueda rodar un spot de Puleva. ¿La razón? Pues que electoralmente a la canciller Merkel le viene mal comprometer fondos alemanes en la operación antes de los comicios regionales que se celebran el día 9. Y si de paso se hunde el euro y con ello salen ganando sus exportadores, miel sobre hojuelas. O sea, una gravísima irresponsabilidad.

Como puede colegirse, tras merendarse la primera vaca, los tiburones están yendo a por las siguientes, incluida la nuestra, que era la vaca que ríe por eso del optimismo de Zapatero. Cada día que pasa sin que Europa reaccione, a España le sube la factura de su deuda pública y ha de pagar más para obtener financiación. Ayer al mediodía, lo que a Berlín le costaba un 2,9%, a nosotros nos salía por un 4,2%, y subiendo. Hemos comprobado que ocupar la presidencia de turno de la UE no vale absolutamente para nada y estamos a punto de confirmar que es la propia UE la que no sirve para mucho.

En vez de aparecer unidos frente a las sanguijuelas, Zapatero y Rajoy escenificaban en el Congreso, no ya una tragedia sino la misma comedia de siempre. Elijan entre la recesión se ha acabado del primero o la caída en un abismo insondable del segundo. Con el paro por encima del 20%, lo que está en juego es el futuro de toda una generación de españoles. ¿Se habrá enterado alguien?