Tierra de nadie

Un lexatin para Elena Salgado

Del debate con el que el Gobierno sacó ayer adelante la tramitación de los Presupuestos para 2010 pueden extraerse varias conclusiones. La primera, por notoria, es que Elena Salgado no tiene la culpa de no ser Azaña pero debería esforzarse en no infundir piedad desde la tribuna de oradores, algo que podría lograr con ayuda de la química, un lexatin, por ejemplo; la segunda es que no se puede estar en misa y repicando, es decir, es un absurdo intentar a la vez estimular la economía y recortar el déficit por la misma razón que es imposible sorber y soplar al mismo tiempo; y la tercera y corolario es que las cuentas públicas son tan de izquierdas que han sido apoyadas por el PNV y Coalición Canaria, dos fuerzas de vanguardia en esto del progresismo.

Hay tres cuestiones que rechinan especialmente. Una es el empeño del Gobierno en sostener la tesis de que los Presupuestos permiten impulsar las inversiones y no acumular "un déficit inaceptable" gracias a la austeridad monacal con la que se han recortado los gastos de la Administración. Si esto es así cabe preguntar por qué durante los años anteriores se ha gastado de manera superflua y alocada. La otra es insistir en que la política de izquierdas se demuestra en el gasto social, cuando la realidad es que si aumenta no es por el empeño de Salgado sino porque hay que subsidiar a más parados.

Finalmente, sorprende la frivolidad con la que se sigue tratando el asunto de los impuestos, que deberían ser el eje de la política económica y no la calderilla del juego parlamentario. A día de hoy la deducción de los 400 euros ha de darse por suprimida, pero podría recuperarse para los mileuristas a cambio del voto de algunos partidos de izquierda. Si es justo, posible y saludable que las rentas inferiores a 20.000 euros tengan esta deducción, ¿ha de supeditarse su aplicación a un cambalache? Igual podría decirse del aumento de la tributación a las rentas del capital o de la eliminación de los privilegios fiscales de algunos contribuyentes tremendamente dotados para marcar goles de falta. ¿Es esto serio?

Y como estrambote, la investigación. El Gobierno afirma que no hay recorte; los científicos que saben sumar dicen que sí. Somos tan punteros en tecnología que el Ejército alemán nos ha hecho esta semana el pedido del siglo: siete mulos murcianos para su brigada de montaña. Toma I+D+i.

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