Tierra de nadie

La 'lolaflorización' de Messi

Se ha empezado a comparar a Messi con Lola Flores, cuando a todas luces resulta evidente que ni ella tenía el toque del argentino ni éste sus piernas. De lo primero hay incluso testimonio gráfico porque la bailaora disputó el que fue presentado como el primer partido de fútbol femenino de la historia de España, junto a un dream team  integrado, entre otras, por La Polaca, Marujita Díaz, Encarnita Polo y Rocío Jurado vestidas todas de béticas por eso del acento. Se enfrentaron las Folklóricas contra las Finolis en dos choques de altura: uno en el campo del Rayo, cuyo presidente organizó el sainete, y otro en el del Sevilla. A cambio, la Faraona recibió 20.000 pesetas libres de impuestos, una palabra que nunca supo bien qué significaba.

A la cupletista le molaba el fútbol o, mejor dicho, los futbolistas. Se cuenta que le echó el ojo a un emergente figura del Valladolid, Gerardo Coque, que luego ficharía por el Atlético de Madrid. Coque tenía tal juego de piernas, sobre todo por la noche, que la Flores se lo llevo de gira y hasta le pagó la ficha. El romance acabó, supuestamente, tras unas memorables goleadas de la que tendría que hacerse eco Punto Pelota, que para eso se emite en horario nocturno.

Según se afirma ahora, con Messi, al que le han pillado con el carrito del helado y más de cuatro millones de euros defraudados y vaporizados comme il faut hacia paraísos fiscales, se trataría de hacer un escarmiento parecido al que se hizo en tiempos con la reina de los tablaos, de forma que Montoro tuviera su Lionel igual que Boyer tuvo su Lola. Obviamente, ya se han levantado voces en defensa del jugador y de su presunción de inocencia -que la tiene, obviamente- aunque para ello se le haya tenido que lolaflorizar, y presentarle como un pobre ignorante que deja el destino de sus millones en manos de su padre y de sus asesores fiscales, en vista de que sus neuronas sólo le funcionan para el regate en corto y el disparo a puerta. Para que el cuadro fuera completo sólo falta que Messi pida un euro a cada barcelonista para saldar su presunta deuda con el Fisco, igual que la Faraona mendigó entonces una peseta a cada español, lo que le daba para ponerse al día y abrirse un plan de pensiones. Y es que el IPC afecta también a las limosnas.

De confirmarse el pufo, Messi, un joven que se levanta al año lo que un padre de familia en catorce vidas y al que, por lo visto, no le llega para recibir clases privadas de fiscalidad, sería una víctima de su progenitor, de sus abogados y de Montoro, quien además apesta a madridista. Sin ánimo de polemizar, la comparación con Lola Flores se le quedaría pequeña. Lo de este chico sería clavadito a lo de Ana Mato, la mujer inopia de los clásicos de Marvel.

Sus defensores se malician también que esta querella causará un daño irreparable a su imagen impoluta. Por los contribuyentes no tienen de qué preocuparse porque nos chifla el fútbol, así que el temor es infundado. Hace bien Hacienda en sacarnos hasta los higadillos y en lanzarnos una complementaria por una discrepancia de 50 euros. Eso sí, con mi equipo que no se metan. Nos importa un bledo que los clubes deban 700 millones de euros al Erario público o casi 17 a la Seguridad Social, mientras por las mismas razones cientos de empresas cierran y sus trabajadores se van al paro. Nos da igual que nuestras estrellas sean expertos en ingeniería financiera, porque alguna carrera han de tener cuando dejen de dar patadas. Lo único que queremos es que marquen goles, sabido es que las victorias futbolísticas aumentan el PIB y la natalidad, que tanta falta nos hace.

Además, lo de Messi no es muy distinto a lo que hacen multinacionales respetabilísimas como Google, que factura en España cerca de 500 millones, pero lo hace desde Irlanda y aquí declara pérdidas; o lo de Apple, que hace exactamente lo mismo y además se apunta créditos fiscales. Es lógico que el argentino tenga la pasta de sus derechos de imagen en paraísos porque juega como Dios y la cabras siempre tiran al monte.

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