Tierra de nadie

Bajen más los salarios, por favor

El Banco de España ha venido a certificar lo que sabía todo el mundo: que De Guindos sólo tiene una sobrina, Beatriz, a quien el Gobierno ha distinguido con un puesto de directora en el Banco Mundial en Washington a razón de 13.000 euros netos al mes. El resto cuando viaja no pasa de Calpe y cada vez cobra menos.

El estudio del Banco ha consistido, al parecer, en un ejercicio teórico de sus técnicos, una especie de divertimento a la hora del café. Su conclusión es que los salarios no cayeron en 2012 poco más del 1% como aseguraban las estadísticas oficiales sino justamente el doble, y eso sin contar devaluaciones de sueldo adicionales como las horas extras que no se pagan, costumbre que aspira a convertirse en ancestral. De seguir así las cosas no hará falta viajar para conocer mundo porque pronto estaremos en China y la muralla de Ávila tendrá que cambiar de nombre.

Los datos demuestran el éxito sin precedentes de la reforma laboral, que como es sabido no se implantó para crear empleo sino para despedir mejor y más barato, y dejar inermes a los trabajadores ante cualquier trágala empresarial. El proceso se acelerará en la medida en que los convenios colectivos vayan decayendo por el fin de la ultraactividad y la desregulación sea completa.

Aquí radica el supuesto milagro español, ese que según explicaba Montoro es un ejemplo para el mundo. Como los salarios bajan, aumenta la competitividad y como cada vez hay menos gente trabajando se eleva la productividad por empleado. Al mismo tiempo, se elimina el déficit comercial, no ya porque se exporte más, que también, sino  por la caída de las importaciones ya que el consumo se ha muerto y lo hemos momificado para que no huela.

Simultáneamente, desciende la tasa de paro, pero no porque se cree empleo sino por el exilio económico forzoso al que se ha condenado a decenas de miles de jóvenes e inmigrantes. Ello explica que la población activa sea similar hoy a la que era en el primer trimestre de 2008, otro éxito clamoroso del equipo económico del PP.

De esta forma, mientras Rajoy surca la mar oceana y nos anuncia que ha circunvalado con éxito el puñetero cabo de Hornos, la inmensa mayoría sigue al bajel dando brazadas a lo loco, esquivando los tiburones y las pelotas de goma que el ministro del Interior acostumbra a lanzar a los que van nadando.

La gran apuesta del Gobierno para el año electoral será la bonificación de los contratos indefinidos con una tarifa plana de 100 euros durante dos años en las cuotas empresariales a la Seguridad Social. La medida supone de entrada el reconocimiento de que la reforma laboral sólo ha creado parados y precarios. Pero no sólo. Institucionaliza aquello de ser puta y poner la cama: los asalariados financian primero sus propios despidos con un recorte brutal de sus indemnizaciones y después, vía impuestos, vuelven a financiar su contratación. Nuevo ejemplo para el mundo.

Como puede apreciarse, la reducción de los salarios sólo trae beneficios. Con otro 7% de recorte adicional el BBVA y el FMI estiman que ya ni siquiera sería necesaria la intercesión de la Virgen del Rocío porque el crecimiento será imparable. ¿A qué estamos esperando?

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