Tierra de nadie

No insistan: la Virgen del Rocío no viaja

Son bien conocidos los esfuerzos del Gobierno para combatir el paro, especialmente el de los jóvenes, una tarea titánica que tiene consumidita a la ministra, a quien le pasa un poco lo que a la reina Mercedes en el romance: las rosas que había en su carita se le han quedado de porcelana, bien es cierto que de Lladró por eso de que siempre ha habido clases.

Ignorantes de los desvelos y de su congoja por el drama del desempleo, a Fátima Báñez le están criticando que a la última cumbre técnica sobre el paro juvenil celebrada el jueves y viernes de la pasada semana en Helsinki no haya enviado ni al bedel del Ministerio, con el argumento de que España sólo acude a las reuniones donde se corta el bacalao, que es el pescado por excelencia.

Se trataba, al parecer, de aprender, entre otros, de Finlandia y de su manera de aplicar la llamada Garantía Juvenil, un sistema que viene permitiendo al 83,5% de los jóvenes del país recibir una oferta de empleo de los servicios públicos en un plazo no superior a tres meses, lo que ha contribuido no sólo a acelerar los planes personalizados de los menores de 25 años sino a reducir el paro de ese colectivo, que de eso se trata.

Hablar a España de paro juvenil es cómo pretende explicar a Noé nociones básicas sobre la lluvia. Tiene en el paro obrero a 840.600 jóvenes, esto es al 53,12% de su población activa, y no van a venir ahora unos nórdicos a darnos lecciones sobre la cosa. Dicho de otra manera, no se nos pasa por la cabeza hacer acto de presencia en semejante circo; si alguien quiere ver a nuestros chicos que venga a casa.

El mejor sitio para celebrar una cumbre sobre el paro juvenil habría sido Almonte, donde reside la principal aliada del Gobierno para salir de la crisis y resolver el paro de una tacada. Como es obvio, a la Virgen del Rocío no se le puede pedir así por las buenas que vaya a Finlandia a explicar su plan de choque, entre otras razones porque la Blanca Paloma sale de la ermita en contadas ocasiones, singularmente los lunes de Pentecostés y, obviamente, las fechas no cuadran. Que no la esperen, por tanto, ni en Praga en octubre ni en Copenhague en noviembre, donde se han previsto otras dos cumbres técnicas similares. Ellos se lo pierden.

Aquí tenemos todo controlado y por medidas no va a ser. Hasta 100 ha previsto el Gobierno bajo la diestra batuta de doña Fátima, que es un semillero de ideas cuando se para a pensar. Algunas, como la hacer compatible durante nueve meses el cobro del paro con el desempeño de una actividad por cuenta propia harán, incluso, sonreír a nuestros muchachos, especialmente a aquellos que ni siquiera han podido debutar en el mercado laboral.

La principal medida del Gobierno, sin embargo, no está escrita y consiste en que los jóvenes se larguen del país al grito de sálvese el que pueda, lo que mejora la estadística y ensancha los horizontes profesionales de nuestros emprendedores viajeros. ¿Fuga de cerebros? En absoluto. Algún día volverán sabiendo idiomas y se les rifarán en los call center. El futuro es demasiado esplendoroso como para perder el tiempo y el dinero en viajecitos absurdos a Finlandia. Somos austeros, por si alguien lo había olvidado.

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