Tierra de nadie

Esos malditos griegos

Si fuera por su capacidad para meterse en charcos, el ministro García-Margallo debería dejar el traje y la corbata y enfundarse el neopreno y las botas de agua. A su ya celebre comparación entre Cataluña y Crimea, le ha seguido su reflexión sobre la deuda de Grecia y su obligación de pagar hasta el último céntimo de lo que debe para corresponder así al esfuerzo de países como España que, de no haber tenido que apoquinar su parte del rescate habría podido subir "un 50% las prestaciones por desempleo o un 38% las pensiones".

Ya sabíamos que lo de ese país era una ruina por la que encima cobran entrada, sobre todo en la Acrópolis, y ahora tenemos la certeza de lo mucho que nos ha perjudicado. Es que no es sólo las pensiones y el subsidio de paro; Rajoy no quería mutilar la Educación, la Sanidad o la Dependencia, pero allí estaban los griegos. Hubiese querido subir el sueldo a los funcionarios y paralizar todos los desahucios, pero lo impedían los griegos otra vez. Hubiera implantado un renta universal para quienes no tienen ningún ingreso de no haber sido por los griegos. Una vez se planteó muy seriamente bajar los impuestos no sólo a los ricos y hasta cepillarse el IVA cultural, cuando de repente apareció Montoro y le tarareó al oído la canción de Zorba el griego. Lógicamente, maldijo en arameo a esos jodidos griegos, a los que no se les puede confiar ni un litro de leche porque luego se les corta y tratan de venderte el yogurt.

¿Que cuánto nos deben los griegos? Bueno, la cosa no está muy clara. Margallo, que de matemáticas también debe de ir justito, ha dicho que 32.744 millones. Sin embargo, las cuentas no cuadran. En el primer rescate, España concedió a Grecia en préstamos bilaterales 6.600 millones. Después se puso en marcha el Fondo Europeo de Rescate, renombrado luego como Mecanismo Europeo de Estabilidad, al que Grecia debe 142.000 millones de euros y en el que las contribuciones de nuestro país en forma de avales son del 12,7%, es decir poco más de 18.000 millones. En definitiva, habríamos entregado a Grecia en metálico esos 6.600 millones y seríamos avalistas del resto hasta 25.600 millones. Otros 7.000 han debido extraviarse en Correos.

Un dato a tener en cuenta es que en los últimos años se ha producido una recomposición de la deuda. En 2010 los principales acreedores eran entidades financieras privadas. Hoy en día, más de un 68% del riesgo de impago de Grecia están en manos de los Estados europeos y del BCE, de lo que cabe inferir que sí que ha habido un rescate pero no a los griegos sino a los bancos, mayoritariamente alemanes, que han salido de rositas del avispero.

En esto de rescatar a la banca, España da lecciones al mundo y eso que también hay cierto desacuerdo en las cifras. El Tribunal de Cuentas cifraba las ayudas en cerca de 108.000 millones de euros mientras que el Banco de España las reducía a poco más de 94.000 millones. Sólo se han recuperado 4.000. Habrá que esperar a que Margallo saque la calculadora para saber exactamente cuánto más se les podía haber subido la paga a los jubilados o a los parados, que si no es porque han venido mal dadas ahora mismo estarían forrados.

 

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