Tierra de nadie

Apple quiere hacernos felices

Sería raro que no lo supieran porque hasta La Tribuna de Talavera ha debido de mandar un enviado especial al evento, así que no les descubro nada si les digo que Apple ha presentado este lunes un artilugio al que llama smartphone, un revolucionario invento que no cura el cáncer, no descubre vida extraterrestre, no clona ovejas ni siquiera hace huevos fritos. El aparato en cuestión del que toda la prensa del planeta ha rendido información puntual, con amplio despliegue gráfico y literario, es un teléfono, sí, aunque no es cualquier teléfono: es un teléfono muy delgado. Dirán que Apple ya tenía un teléfono delgado, pero se sorprenderán si les digo que éste es anoréxico, tiene dos cámaras y se venderá en dos colores. Se comprende la expectación.

El lanzamiento de un producto resulta caro a todas las empresas menos a estos chicos de la manzana, que no deben gastar ni en canapés. Basta con que salga el dueño del imperio, Steve Jobs, se ponga los mismos vaqueros de cada presentación, porque vestirse de Armani es más antiguo que mear de pie para esta moderna multinacional, y levante murmullos de admiración. No importa que el IPhone 4 sea igual que el IPhone 3 y que éste sea clavado al IPad –todo empieza por I- pero más pequeño. Hemos quedado en que Jobs es un genio, y debe de serlo porque no hay quien recuerde una campaña de publicidad en la que haya tenido que soltar un euro. Se la hacemos gratis y tan contentos.

Si el tipo del vaquero es uno de los hombres más ricos del mundo no es porque se dedique a vender teléfonos y ordenadores. En realidad, él se ocupa de hacernos felices. En unos meses, correremos a la presentación del IPhone 5, que tendrá el grosor de un folio y dispondrá de cámara lateral para que podamos grabarnos la mano mientras hablamos con nuestra madre, lo que siempre soñamos. Recuerda esto de Jobs y Apple a Google y su presidente Eric Schmidt, cuando dijo que su empresa no aspiraba a forrarse sino a "cambiar el mundo". Pura filantropía.

Entre tanto, dejemos que Apple nos proteja, que decida qué libros podamos leer en sus cacharros, porque sólo se pueden comprar en sus tiendas, y que, de paso, nos libere de la esclavitud de ver páginas porno en Internet, que es un vicio muy feo que quiere erradicar. ¿Que no tienen ya el IPhone? ¿A qué están esperando?

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