Tierra de nadie

A ETA le cuesta rendirse

Sólo alguien tres mil veces más optimista que Zapatero, que es al optimismo lo que Einstein a la relatividad, podía esperar que esta ETA acorralada externa e internamente sacara la bandera blanca. Lo que ha sacado en su lugar es un comunicado que, con todas sus insuficiencias, expele cierto aire a testamentaría y que bien podría ser considerado un primer catálogo de últimas voluntades. ETA se acaba y lo sabe, aunque para quienes durante medio siglo se creyeron la vanguardia del pueblo vasco es una tentación muy fuerte el deseo de dar media vuelta para simular estar al frente de una realidad que les sobrepasó hace demasiado tiempo.

A la ETA de hoy, formada en su mayoría por veinteañeros con escasa formación que acaban de estrenar pistola y han hecho del bandolerismo una ideología, les cuesta entender que su existencia ha dejado de ser vista como un problema importante para el conjunto de la sociedad. Es, a lo más, un contratiempo sangriento, que la eficacia policial ha conseguido jibarizar hasta hacerlo soportable. Reducidos a simples delincuentes, los etarras no son nadie, salvo simples y salvajes anacronismos.

Su renuncia implícita a cometer nuevas acciones violentas es difusa, sí, pero constituye un pequeño avance. Los que entendían que ETA se asemejaba a un pulpo en el que los pistoleros constituían tan sólo uno de los tentáculos habrán de convenir que el resto de sus brazos parecen convencidos de que la violencia es un camino que no conduce a ninguna parte. Puede que estemos ante un movimiento táctico para conseguir que la izquierda abertzale participe en las próximas elecciones, pero hay tácticas que terminan por convertirse en estrategias y hasta en sólidos principios. Después del último gran desengaño, es a Batasuna y a ETA a quienes corresponde confirmar que lo suyo no es puro teatro.

Más temprano que tarde el Gobierno, sea cual sea, tendrá que volver a sentarse con ETA, porque un final negociado acelera un barbaridad el desenlace. A los polimilis cuando se disolvieron la UCD les dio hasta un subsidio para que se buscaran un trabajo decente. Un comunicado como el suyo es el que se espera ahora: "Pensamos que la violencia armada era necesaria en un momento determinado, pero hoy estamos convencidos de que son los valores y la lucha democrática...".

Más Noticias