Bocacalle

Di Stéfano: "No hay mejor jugador que todos juntos"

Más que un recuerdo es una sensación. No tengo apenas consciencia de ese fragmento nublado de mi memoria, pero yo creo que vi jugar a Di Stéfano en El Molinón, sin poder atinar por desgracia ni un solo lance del extraordinario futbolista que fue, seguro que también aquella tarde de finales de los cincuenta. 
 
Lo que sí puedo avistar a ojo de perspectiva muy borrosa es que don Alfredo -tal como los obituarios del día de la fecha nos lo tratan, a la altura de la real familia- se frotaba las manos en los momentos previos al partido, mientras el equipo se hacía la pertinente fotografía en el centro del campo. 
 
Debía de ser, por lo tanto, una de esas tardes de invierno con viento del norte, puede que muy húmeda, y que al fijarme en la imagen del maestro, yo también tiritara llevado por esa sensación de frío que transmitía Di Stéfano vestido de corto. Aunque quizá no fuera frío y solo se tratara de un gesto relacionado más con su apetenecia de entrar en juego que con la climatología. 
 
Luego ya no volví a ver al Real Madrid enfrentarse más con el Sporting de Gijón, que descendió de categoría, así que hube de conformarme con los partidos televisados de la copa de Europa, que presenciaba delante de los escaparates porque era muy pronto para que mi familia accediera al envidado receptor. 
 
Así pude comprobar que don Alfredo siempre se frotaba las manos, fuera cual fuera la temperatura, y que eso posiblemente tuviera más relación con su afán y gozoso virtuosismo futbolísticos. Puede que hoy haya también futbolistas que lo hagan, aunque posiblemente ese gesto tenga más que ver con su ficha que con la apetencia de entregarse en cuerpo entero a un deporte convertido en sucio negocio e idolatrado espectáculo mediático.
 
Siento que con la muerte de Di Stéfano se ensombrece un poco más mi niñez y, con ella, una página más de aquel fúbol capaz de sugerir al primer grande de su historia reflexiones como la que sigue: "Ningún jugador es tan bueno como todos juntos". Toda una lección de filosofía para admirarlo siempre más allá de balón.

Más Noticias