Bocacalle

Antena 3, sin respeto ni dignidad

Con la atención que requieren tanto el periodista como su entrevistado, el pasado domingo no me pude perder el encuentro en Ecuador entre Pablo Iglesias y Jordi Évole. Para atajar y dejarlo claro ante quienes se dispongan a leer este post con buen ánimo, creo que no hay nadie en España hoy capaz de superar en interés a ninguno de estos dos ciudadanos como personajes públicos en sus respectivos ámbitos. 
 
Pese a la política de la ranciedumbre, el encastamiento y la falsía que nos aqueja y es incapaz de reconocer sus valores personales y comunicacionales, a Iglesias lo caracteriza la clara y razonada exposición de sus ideas, en sintonía con un cada vez más creciente sector de ciudadanos, según consta en las encuestas. A Évole, como profesional del periodismo, nadie lo cuestiona  como ejemplo a seguir entre quienes esperan licenciarse en las facultades de Ciencias de la Información. Era lógico, pues, que la conversación entre ambos resultase de una excelencia inequívoca, tal como lo demuestran los casi cinco millones de televidentes que se dieron cita para ver  Salvados, todo un récord dentro de las ya notables índices de audiencia que registra ese programa.
 
Es de una indignidad rayana en la simpleza, por lo que de necia puede tener una tergiversación en la interpretación de las declaraciones de Iglesias escuchadas por casi cinco millones de oyentes, que la televisora Antena 3 -perteneciente al mismo grupo empresarial que La Sexta, productora del programa de Jordi Évole-, haya ofrecido en uno de sus informativos una lectura tan aviesa y falaz de las palabras del dirigente de Podemos. El propio Jordi Évole ha tenido que insertar, como necesaria y justa réplica a la información malvertida por sus compañeros, el fragmento del vídeo en el que Iglesias dice algo muy distinto a lo intepretado por Antena 3, que una vez más hace propaganda del líder de Podemos a costa de las mentiras y denuestos que la España de cerrado y sacristía vierte sobre su persona.

Echamos de menos, tanto entre los profesionales de la información como entre los políticos de una y otra banda que lo combaten, que uno solo al menos de unos y otros deje de recurrir a tretas tan bajas y utilice contra Pablo Iglesias -en la pugna dialéctica y crítica- una argumentación tan sólida como la que él mismo emplea para defender sus criterios. Si esto ya es un valor, hacerlo sin faltar a sus adversarios es en el líder de Podemos una costumbre, merecedora al menos de la misma correspondencia. ¿O es ya es tanta la decadencia de cierta clase de periodismo y cierta clase de política que resulta inútil pedirles al menos a sus profesionales un poquito de respeto y algo más de dignidad?

PS.- El secretario general de los socialistas felicita al líder de Podemos por los resultados obtenidos por su 'programa' para la formación, tres meses después de que Iglesias le diera la enhorabuena por su nombramiento. Hay que mejorar esos reflejos, Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

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