Bocacalle

Podemos debe llenar más a fondo los aforos

Acabo de leer que en cuatro horas se han expedido las 3.700 entradas disponibles para asistir hoy sábado, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, al primer mitin de Pablo Iglesias en Andalucía. La convocatoria forma parte de la campaña "Su odio nuestra sonrisa", con la que el nuevo partido político motiva a sus simpatizantes para concurrir el próximo día 31 a la manifestación que tendrá lugar en Madrid, con punto final en la Puerta del Sol, corazón del 15-M hace cuatro años.

El anterior evento presidido por Iglesias de Barcelona contó también, como se recuerda, con una masiva concurrencia. Dije con ocasión del mismo que sería recomendable que el secretario general de Podemos profundizara algo más en su discurso y no se limitara a decir lo que ya está dicho y reiterado a lo largo de sus comparecencias públicas. Quienes de forma tan masiva y diligente agotan casi cuatro mil localidades en cuatro horas para asistir al mitin que se celebrará hoy, deberían merecer un poco más de hondura explicativa en el mensaje político que la expuesta en el último evento de Barcelona.

También en esto se debe diferenciar Podemos de los políticos de la casta, que reiteran discursos manidos, reiterativos y vacuos, únicamente celebrados por sus incondicionales y sin que aporten nada verosímil al análisis y enmienda o transformación de la realidad socio-política. Como partido de reciente creación, que postula y defiende la integración política del ciudadano y una democracia más participativa, y que además ha sintonizado con la voz de la calle, no debe conformarse Podemos con el carisma de su lider o sus líderes, ni quedar éste/éstos atados a un mensaje excesivamente simplificado y repetitivo.

Pablo Iglesias debe ir más allá de las frases o los eslóganes, por disponer del suficiente conocimiento como politólogo y una ostensible capacidad comunicativa para ello. Lo van a esperar en toda España quienes, como en Sevilla, han llenado todo un aforo en cuatro horas. Esto, en política, hay que llenarlo de sentido y de contenido para que la expectación no se sienta defraudada.

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