El desconcierto

La primera victoria de Sánchez

Pese a que el ministro Montoro continúa pidiendo al PSOE una "sana abstención" en la votación sobre los Presupuestos, en coherencia con la abstención en la elección de Rajoy, el presidente de Gobierno no descarta que los socialistas puedan incluso presentar una enmienda a la totalidad. Es la primera victoria política de Sánchez, cuando todavía no ha anunciado su participación en las primarias. Que los mismos que ayer le defenestraron, por sostener el no es no a la política de Rajoy, hoy retomen el no es no a los Presupuestos de los recortes de Rajoy, se explica tan solo porque en unas pocas semanas los militantes votarán en las primarias. Es también, al mismo tiempo, la primera derrota de los dos candidatos colaboracionistas con el PP, Susana Díaz y Patxi López, frente a la muy firme resistencia de la base socialista a la subordinación del PSOE al PP.

En realidad, no es más que un paso atrás para dar dos hacia delante en la siguiente batalla de las enmiendas parciales. Ahí los dos Hernandos negocian algún tipo de acuerdo, público o privado, de mínimos o de máximos, activo o pasivo, que impida que una mayoría parlamentaria progresista pueda dar la vuelta a las partidas troncales durante la tramitación parlamentaria. De idéntica forma en que aprobaron el techo de gasto y de déficit público, mantendrían los capítulos que, asegurando la consolidación fiscal, supondría la aprobación de facto de los Presupuestos que de iure impugnaron en su totalidad. Pero si justo antes de las primarias el fantasma de Sánchez ha logrado vetarlos ya, en una primera fase parlamentaria, después de estas el candidato Sánchez podría vetarlos en la fase final.

Prueba del exquisito mimo de Rajoy a los colaboracionistas del PSOE es el retraso del decreto ley sobre las cláusulas suelos de los bancos. Previsto para el Consejo de Ministros del 13 de enero, fue aplazado al viernes siguiente para no anunciarlo en la víspera del Comité Federal del pasado día 14. Fruto de un pacto entre el PP y el PSOE no era nada conveniente publicitarlo  días antes  de un nuevo cónclave socialista. Nada preocupa hoy más a toda la derecha que la posibilidad cierta del regreso del defenestrado a Ferraz, que supondría la inmediata salida de Rajoy de la Moncloa. Por mucho que José Enrique Serrano intente garantizar a Pedro Arriola que Pedro Sánchez no volverá, los estrategas del PP no lo tienen nada claro. Es cierto que cumplieron el acuerdo de echarlo a patadas de la secretaría general, pero no lo es menos que tienen muy difícil cumplir que no vuelva, ya que depende del voto de los militantes.

Las primarias, con independencia de la voluntad de los candidatos, equivalen a un referéndum sobre el colaboracionismo del PSOE con el PP. Se suspendieron los derechos de los militantes el 1° de octubre, para que no tuvieran oportunidad de pronunciarse sobre la dirección política impuesta por Rajoy a los socialistas, en base al chantaje constante sobre una convocatoria anticipada de elecciones. Medio año después, recuperados los derechos democráticos, la base va a emitir su veredicto sobre lo que ocurrió ayer y sobre lo que ocurre hoy. Van a poder elegir entre los dos candidatos colaboracionistas con la derecha, Susana Díaz y Patxi López, y el candidato socialdemócrata, Pedro Sánchez. O, si nos atenemos a las probables consecuencias políticas de esta votación, entre el voto a Rajoy o el veto a Rajoy.

Los nervios están tan a flor de piel en la Gestora, no es más que una oficina, que el conocido economista socioneoliberal José Carlos Díaz, recién fichado ayer por Ferraz, acaba de llevarse una dura reprimenda política. Pese al muy evidente exabrupto televisivo que protagonizó, traicionado por su subconsciente, cuando apeló a los francotiradores en caso de que se aplicara en España la renta básica, fue finalmente criticado por los gestores así como descalificado por Patxi López. Incoherencia total. El curriculum de este profesional es sobradamente conocido como para llevarse ahora las manos a la cabeza, salvo que en el contexto de las primarias se vean obligados a desmarcarse de quien acaba de ser elegido como gurú económico. Exabrupto y crítica que se han convertido en todo un regalo para Sánchez, en vísperas de reaparecer este sábado en Dos Hermanas. Nadie ignora que José Carlos Díaz ha llegado a Ferraz de la mano de la lideresa andaluza, con la que viene trabajando desde algún tiempo.

Ni España es diferente, ni el PSOE lo es. El colaboracionismo socialista con la derecha va de derrota en derrota. Valls en París, Renzi en Roma y Gabriel Sigmar en Berlín hacen mutis por el foro ante la sistemática presión de todas las bases socialistas. Pretender que Madrid sea el baluarte del socialneoliberalismo es una tentativa harto complicada. El avance de las posturas socialdemócratas en Francia e Inglaterra, aplicadas por el gobierno socialista portugués de Antonio Costa, acabará extendiéndose más pronto que tarde a España. Porque si cabe siempre la discusión sobre qué hacer, nunca cabe sobre lo que no hay que hacer. Puede discutirse sobre qué política de izquierdas, nunca sobre qué política de derechas. Esa es la explicación tanto de la primera victoria de Sánchez como de la primera derrota de Susana Díaz y Patxi López.

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