El desconcierto

La carpeta Mate Pastor

"El secretario general reaccionó. Destituyó al secretario de organización, Sergio Pascual, y mostró a Errejón el contenido de una carpeta que probablemente nunca saldrá a la luz". Esa es la respuesta del diario La Vanguardia, firmada por Enric Juliana, a la anulación de una entrevista concertada previamente por este dirigente morado debido, según el prestigioso rotativo catalán, a que no le habían gustado algunas informaciones sobre la operación Mate Pastor, urdida por gente de su confianza en el 2016. Con lo que un nuevo error de Errejón, que en opinión de La Vanguardia cuenta con un espléndido apoyo mediático en Madrid, ha puesto en el punto de mira político el citado proyecto conspirativo interno contra Pablo Iglesias, coincidente con la extraordinaria presión externa de los poderosos sobre Podemos hace ahora un año.

Es necesario anular el pronóstico de La Vanguardia. Esa carpeta debe salir a la luz. Los acuerdos secretos, los planes ocultos, el lenguaje diplomático, no pueden ser asumidos por Podemos. Si hoy lo asume, empezará pronto a actuar como lo hacen los poderosos y sus dos brazos políticos. Esa carpeta no pertenece sólo a Errejón e Iglesias sino que también es propiedad del medio millón de inscritos e interesa a sus más cinco millones de electores. El "Rubalcaba, te das la vuelta y te la clava", pertenece al patrimonio del peor PSOE. No hay ningún debate de ideas posible si se desarrolla en un ambiente donde veintitrés dagas esperan darle a Iglesias el mate pastor que ya dieron a Julio César. Si Errejón e Iglesias se agarran hoy a una vaga razón de partido para ocultarla, terminarán agarrándose mañana a la razón de Estado.

No es solo una curiosidad histórica, tampoco una mera obligación ética, sino una necesidad democrática. En esta coyuntura, presidida por un Vistalegre escindido, no cabe hurtar a los inscritos las claves de lo que que está ocurriendo. Pero Pablo Iglesias calla, mientras Iñigo Errejón reconoce que si se empleó la expresión del mate pastor fue en un contexto muy ajeno a cualquier conspiración destinada a controlar Podemos Madrid, como primer paso para controlar Podemos estatal. No se puede entender ni el mutismo del primero, ni se conoce que otra interpretación se pueda dar a una expresión bastante concreta como la del mate del pastor. Hay que exigir la palabra de Iglesias tanto como la traducción de Errejón, a la vez que ambos muestren esa carpeta que llegó a provocar la destitución fulminante de Sergio Pascual.

Esa exigencia de luz y taquígrafos debe extenderse a las actas de las reuniones celebradas por la dirección de Podemos antes de la investidura fallida de Pedro Sánchez en marzo, inmediatamente posteriores a las elecciones del 26 de junio de 2016 y anteriores a la defenestración del líder socialista en octubre. Ahí reside el principio de lo que puede ser el fin de Podemos si no terminan por abordar el origen del cisma que los atraviesa. Así, en el documento errejonista se avanza que "quizás no fue una decisión acertada no apoyar a Rivera", mientras que en el pablista se recuerda que la negativa al gobierno Rivera-Sánchez contó con el apoyo de una consulta a los inscritos de Podemos. Desde ese momento y hora, la carpeta Mate Pastor pasó de ser una siniestra propuesta teórica a convertirse en una práctica cismática.

No es casual que la crisis de Podemos coexista con la del PSOE. Es la cuestión de las alianzas lo que divide a ambas formaciones. Pedro Sánchez recibió el mate del pastor por balbucear tímidamente el gobernar con los morados, Pablo Iglesias se enfrenta al mate del pastor por rechazar el único pacto con el PSOE que hace un año autorizaban los poderosos.  No es correcto insultar a Errejón como el nuevo PSOE de González, ni a Iglesias como la nueva IU de Anguita. Lo que divide hoy a Podemos no es PSOE sí o PSOE no. La división tiene mucho más que ver con qué PSOE, con qué programa, con qué gobierno. La misma discusión bizantina sobre el trabajo parlamentario esconde esta polémica. La total ausencia de una síntesis, probablemente, provoca hoy que el oportunismo prosocialista avance tanto en los errejonistas como el sectarismo antisocialista en los pablistas.

Distinta sería hoy la situación si hubiesen encontrado. En un Podemos que nació dividido, sociológica e ideológicamente, esta chispa de la escisión prende bastante fácilmente con la nefasta ayuda de las posiciones que hoy se han cristalizado en corrientes burocráticas. Falta por saber, lo veremos en la Asamblea Ciudadana de este fin de semana, si ha penetrado en el medio millón de inscritos que asisten perplejos al asesinato de carácter de unos dirigentes por otros dirigentes. Pero lo que sí rechazan la inmensa mayoría es esa práctica conspirativa de los procesos históricos que practican, por lo menos algunos, en el entorno de Errejón mediante la operación Mate del Pastor. Sencillamente, porque sería la consolidación del triunfo de los poderosos. Liquidado Sánchez, la liquidación de Iglesias. Uno por ser ambicioso, otro por quebrar la columna vertebral del gobierno Rivera con el que pretendían cambiar todo para no cambiar nada.

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