Otra economía

¿Dar la voz a los científicos? Sí, pero no confundamos las cosas

Fernando Luengo Escalonilla
Economista
Blog "Otra economía": https://fernandoluengo.wordpress.com
@fluengoe

Necesitamos la voz autorizada de la comunidad científica, que pueden entregar a los políticos dictámenes solventes, sustentados en un profundo conocimiento técnico, que permita afrontar la lucha contra el COVID-19, enfermedad que actualmente está fuera de control en la Comunidad Autónoma de Madrid (CM) y en buena parte del Estado español.

El gobierno de la CM, liderado por Isabel Ayuso, presidenta, e Ignacio Aguado, vicepresidente, está realizando una gestión de la pandemia errática y caótica. No es que mande la economía, es que impera la incompetencia. Pero no se trata sólo de esto, que sería suficiente para dimitir, ¿por qué razón la oposición no ha presentado cuando se escriben estas líneas una moción de censura? Este gobierno no parece tener otra hoja de ruta que ponerse al servicio de una estrategia -donde indudablemente está el Partido Popular, y que también complace a Ciudadanos- cuyo objetivo es poner contra las cuerdas al gobierno de coalición, debilitarlo, desgastarlo y, si es posible, tumbarlo. Y para ello ha tomado como rehén a la ciudadanía de Madrid, nuestra salud, cada vez más amenazada y precaria. Sin escrúpulos, con un comportamiento criminal.

Dicho esto, conviene aclarar que una cosa es tener muy en cuenta la opinión técnica y científica, la de l@s expert@s, y otra muy distinta es pretender marcar con esta opinión la agenda, la hoja de ruta política. Ni puede ni debe ser así. De hecho, desconfío de quienes pretenden dar un papel que no le corresponde al saber especializado, como si sólo hubiera un camino que recorrer, el que marcan las especificaciones estrictamente técnicas, las cuales, una vez formuladas, resultan indiscutibles, deben ser aceptadas, pues son objetivas.

Opino, con carácter general y hoy más que nunca, que las decisiones fundamentales corresponden a la política y a la ciudadanía que hasta ahora contempla pasivamente, con estupor, impotente y con un creciente hastío, el continuo rifirrafe entre unos partidos y otros. Por poner algunos ejemplos que tenemos muy próximos. Forma parte de la política decidir movilizar recursos públicos suficientes para contratar más trabajadores sanitarios y dotarles con los medios adecuados para luchar contra el COVID-19 y para preservar nuestra salud; ampliar las plantillas de profesores y de personal de apoyo en las aulas, así como habilitar espacios para que la educación se desarrolle en buenas condiciones; apoyar financieramente las actividades que contribuyan a frenar y revertir la imparable degradación de los ecosistemas y el cambio climático; aplicar una política fiscal que, ¡por fin!, abra la puerta a que los muy ricos, que continúan enriqueciéndose con la pandemia, contribuyan en mayor medida al sostenimiento de las finanzas públicas.

Estas y otras decisiones que apuntan en la misma dirección pertenecen a la esfera de la política -más concretamente, a la que dice representar los intereses de las clases populares. No son técnicas y, en consecuencia, no cabe delegarlas en los expertos, aunque su conocimiento, es evidente, resulta clave para fundamentar con rigor las propuestas.

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