Foto: Vari Caramés

Tal vez nosotros seamos ellos. Uno es la piedra; los otros, el cincel.

Lois Pereiro nos dejó hace tres lustros, apenas dos poemarios enjutos en su haber. El dandi dark de Monforte era un autor de culto hasta el rescate del pasado año, cuando protagonizó el homenaje literario que Galicia le brinda cada 17 de mayo a un escritor patrio, a un escritor muerto. Luisón, sin embargo, está vivo.

La generación atlántica de los ochenta se ha visto reivindicada con la elección: la de un poeta singular, con pluma de largo alcance, tal vez equiparable, maldita la comparación, a Leopoldo María Panero. Uno de los suyos: Rivas, Braxe, Patiño, Fernán Vello, Caramés, Pato, Valcárcel, Lobato, Molina...

También una referencia para los protoadolescentes de entonces, hoy herederos de su figura: Daniel Salgado, traductor de sus versos al español en una magnífica edición bilingüe editada por Libros del Silencio, Obra completa, que ha venido acompañada del testamento vital Poesía última de amor y enfermedad; o Iago Martínez, otro de los jóvenes valores del periodismo gallego contemporáneo, que facturó una biografía sobre Pereiro que va de cero a treinta y ocho, la edad a la que el vate halló la muerte.

Una semblanza cronológica que aúna el dato y la intrahistoria de un hombre fuera de tiempo: Lois es vanguardia, tanto de filias como de formas, pero hunde sus pies en los clásicos menos evidentes. En vez de tratar de atrapar al vuelo los fuegos fatuos de la cultura de consumo rápido anglosajona, cava en el osario centroeuropeo. "En su cosmovisión, Thomas Mann está a la misma altura que Ian Curtis", recordaba en una entrevista Martínez, quien se atrevió con un documental, no exento de polémica, sobre el autor de Poemas 1981/1991.

Contra a morte, codirigido por Alexandre Cancelo, no es un relato lineal sino un collage del poeta realizado con recortes de amistad y amor. La cámara viaja a Monforte, un pueblo de Lugo donde Pereiro alumbró el arte en los estertores del franquismo. Cruce de caminos de hierro adonde el tren llevó prematuramente el movimiento obrero, pero también la hipodérmica y el papel de plata. El filme da voz a los que le rodeaban y también a quien le atravesó. Martínez es consciente de que no ha grabado una película total, pero tampoco ha pretendido registrar la parte por el todo.

"Fue un trabajo titánico porque acumulamos muchísimo material, horas y horas de imágenes", explica el periodista vigués, enrolado en el Xornal de Galicia hasta que su cierre le llevó a las páginas culturales de El País. La cinta resulta fundamental para abordar la figura de Lois, pero puede dejar un retrogusto a malditismo. O sea, a un personaje atraído o abocado al wild side, pues sortea los aspectos más literarios del poeta.

"Nunca quisimos hacer un documental en torno a la cara más oscura de Lois", asegura Martínez. "Nos gustaría creer que hicimos una modesta y provisional incursión en el espíritu de la época que ellos vivieron". La violencia, el desmoronamiento, la angustia. "Contra a morte presta deliberadamente más atención a ciertas vivencias que los personajes tienen en común y que la sombra de Lois convoca que a otros aspectos igualmente importantes, como puede ser su producción literaria en sentido estricto, que aún así está en el documental, como lo están la movida, la colza, la recepción literaria, etcétera", deja claro el director.

Digamos que los círculos humanos y concéntricos que orbitan alrededor de Lois modelan a la persona y al icono, que jamás persiguió el malditismo, pues fue la adversidad quien le pisó los talones desde que un butanero subió a su piso de la madrileña Avenida de Extremadura una partida de aceite de colza adulterado. Tal vez Pereiro ya no sea tal, sino el recuerdo cincelado en la memoria de los suyos, que ahora ya somos todos. ¡Vento Lois!

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Absolut Pereiro: Poeta punk + Pluma en sangre + Maldito Pereiro + Amor y enfermedad