Ciudadana en el Congreso

Comunicar mejor

Rajoy  ha reaccionado. Puede parecer  ironía, pero no lo es.  Me refiero a que en  semana postelectoral, el presidente  del Gobierno ha pasado del plasma a una comparecencia en vivo y directo en la sala de prensa de la calle Génova, e incluso se ha atrevido a atender a los periodistas en los pasillos del Congreso.

Esta osadía es consecuencia de los resultados que el PP recibió en las urnas el pasado domingo. Rajoy y su equipo han concluido que la debacle electoral, la pérdida de 2,4 millones de euros y una caída de 11 puntos se debe fundamentalmente a una mala política de comunicación.

Con esta interpretación, vuelven a ofender a la ciudadanía, que se toma muy en serio su elección,  en el  ejercicio del derecho a votar.

Creen  que los españoles y españolas penalizan como han explicado los drásticos recortes que han realizado a sus derechos y prestaciones . Más bien lo que han castigado es el sufrimiento que les ha causado  la pérdida de la beca de sus hijos o asumir junto con su enfermedad el copago farmacéutico.

Creen que los españoles y españolas penalizan como  han explicado la recuperación económica de nuestro país. Más bien han castigado que se ignoren las dramáticas situaciones por las que atraviesan los casi 13 millones de compatriotas que se encuentran en situación de riesgo  por pobreza.

Creen que los españoles y españolas penalizan como han explicado el despido en diferido y simulado de Bárcenas. Más bien les han castigado al constatar que el Partido Popular tenía una contabilidad B  durante los últimos 20 años.

Ignora el presidente que no están errando en la comunicación sino en la acción. Que no se trata de lo que dicen sino de lo que hacen.

No basta con enmendar la política comunicativa. Y probablemente ya no están a tiempo de llevar a cabo los cambios necesarios en su política económica, educativa, social o sanitaria.

Todos parecen haber recibido el mensaje. Herrera, Fabra, Rudi, Aguirre, Bauzà y Cospedal  ya han recibido el mensaje en las urnas. Pero Rajoy no se ha dado por aludido y quiere recibir su propio varapalo electoral.

Así, las cosas parece que nos tendremos que conformar con ese cambio en la política de comunicación, que todavía nos tendrán que contar en qué consiste.  Nada de cambios en la gestión de gobierno, nada de cambios dentro del propio partido.

Los cierto es que en estas elecciones muchas cosas han cambiado.  Y que la comunicación política no puede ser unidireccional. Debemos estar atentos al mensaje de los ciudadanos, ellos también se están comunicando con nosotros.  Nos están diciendo que no quieren más recortes, que aspiran a recuperar sus derechos y que les repugna la corrupción.  Nos han dicho que quieren que una mayoría progresista les gobierne.

Espero que la comunicación, elemento fundamental en la política, funcione. Que seamos  capaces de avanzar en la conversaciones y los acuerdos, para dar respuesta a ese mensaje que nos han remitido en las urnas.

Deseo que estemos a la altura de las circunstancias.  Los socialistas  hemos demostrado en  otros momentos de nuestra historia reciente la capacidad para liderar gobiernos para una mayoría social.

Debe fluir la comunicación, que todos asumamos nuestra responsabilidad para que los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas sean eficaces y no perdamos el tiempo innecesariamente en contar lo que vamos a hacer sino que estamos haciendo desde ya la política urgente que necesita nuestra sociedad.

Y mientras tanto que Mariano nos cuente lo que sus acciones, sus  gestos y sus rostros desmienten.

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