Ciudadana en el Congreso

Aquí una radical

Que las elecciones generales están a la vuelta de la esquina es una evidencia; incluso en la hipótesis de que Rajoy quiera agotar la legislatura y convocarlas en noviembre apenas quedan cinco o seis plenos ordinarios en el Congreso de los Diputados.

Lo que también está claro es que cada uno se lo toma a su manera. En el PSOE, por ejemplo, lo afrontamos con optimismo e ilusión. Este domingo Pedro Sánchez se convertirá formalmente en nuestro candidato a La Moncloa. Estamos trabajando en nuestro programa y propuesta para el futuro de nuestro país.

Decepciona la actitud del PP. El Gobierno agotado y un presidente sin ganas, ahogados por la corrupción. Lo peor es la estrategia. Pasan al ataque con el único argumento del miedo y como protagonista un PSOE radical.

En la sesión de control, el señor Mariano Rajoy acusaba a Pedro Sánchez de representar a un partido de "izquierda radical, extremista y alejado de toda centralidad". E, incluso, nos atribuye a nosotros la responsabilidad sobre los actos de concejales de otros partidos políticos.

Esta es la actitud de los miembros del Gobierno y dirigentes del PP desde el día 24 de mayo. No sólo lo hacen en actos de partido, no tienen pudor en hacerlo en rueda de prensa del Consejo de Ministros, en actos institucionales o en sede parlamentaria, como ocurrió esta semana. No han aceptado lo que los españoles y españolas manifestaron en las urnas. Y parece que la nueva forma de comunicación se construye sobre estos mimbres. Su eslogan: ¡Qué miedo, que viene la izquierda radical!.

Si tan preocupados están por la política de comunicación deberían saber que no es acertado definir a algo o alguien de manera opuesta a como es percibido por la inmensa mayoría.  De nada les sirve acusar a los socialistas de algo que nuestra historia y nuestros hechos desmienten.

Lo que ellos llaman izquierda radical, para los ciudadanos de nuestro país es centroizquierda, según los propios estudios del CIS. Estudio, por cierto, que al PP lo sitúa como cercano a la derecha extrema.

Insisto, su error es no valorar la inteligencia de la ciudadanía. De nada sirve acusar de radical a quien con sus actos y proyectos evidencia un claro compromiso socialdemócrata.

Miren en Twiter, Facebook, hemerotecas o archivos históricos y siempre encontraran al Partido Socialista Obrero Español tras la bandera de la igualdad, la libertad, la solidaridad y la cohesión social.

En la defensa de estos principios sí somos radicales. Aquí una radical socialista.

Sí, somos radicales cuando se trata de defender la igualdad entre todos los seres humanos.

Sí, somos radicales cuando se trata de defender la libertad.

Sí, somos radicales cuando se trata de defender la solidaridad.

Sí, somos radicales cuando se trata de defender la cohesión social.

Pues eso, que no tenemos ningún complejo en defender lo que somos y representamos. Y si para Rajoy y compañía esto es ser radicales, pues somos unos radicales.

Y deben saber que esta radicalidad o sectarismo que predican de nosotros no deben buscarla como consecuencia de los planeamientos de otros partidos políticos como Podemos. Ha sido la gestión de este gobierno, su destrucción de las bases y pilares sobre que habíamos construido nuestro país en los últimos 30 años, los que provocan la posición clara de los socialistas para recuperar una España más igual, con mayor libertad, solidaria y cohesionada.

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