Ciudadana en el Congreso

El cambio que merecemos

Los deseos de cambio, el cambio, fue usado recurrentemente durante toda la precampaña y campaña electoral del 20 de Diciembre.

Pero la realidad es que hoy, casi cinco meses después de aquellas elecciones, Rajoy sigue en la Moncloa. El Presidente de Gobierno en funciones parece haber encontrado su hábitat más confortable. Está encantado Rajoy con su situación, sigue presidiendo este país y, además, sin dar explicaciones de lo que hace.

Ha pasado cuatro meses con su agenda prácticamente vacía (no lo digo yo, lo dijo él, y lo hemos corroborado) observando como otros atendíamos el llamamiento del Rey e intentábamos conformar Gobierno. Los escándalos de corrupción en su partido se siguen sucediendo y también ahí observa, pero dice no saber nada.

Ni con la convocatoria electoral conseguimos que Mariano Rajoy salga de su perezosa actitud. Y sin ningún complejo, se despacha diciendo que los debates electorales no le gustan porque hay que trabajar y prepararlos.

Aunque sólo fuera por esta anécdota, merecemos un cambio de Gobierno. España no se merece ser gobernada desde la pereza y la desgana.

No insisto en los cuatro años de sufrimiento, de recortes, de desigualdad o pobreza. Ni siquiera en la corrupción estructural del PP. España merece pasar página.

El PSOE afronta esta campaña electoral desde el optimismo. Con la tranquilidad de haber trabajado como nadie para ofrecer un Gobierno distinto a nuestro país. No hemos conseguido aún el objetivo. Pero estoy segura que el trabajo no ha sido en vano. Ha servido para saber cuáles son las prioridades de cada cual.

Hablar de nuestro proyecto para el país, de cómo entendemos que han de gobernarse la vida de los españoles y españolas, será a lo que dediquemos todos nuestros esfuerzos en los próximos 50 días.

Es tanto lo que se juega España en los próximos meses que no hay espacio ni tan siquiera para el reproche de la ciudadanía (que comprendo perfectamente) por no haber logrado ya ese Gobierno de cambio. Estamos donde estamos, y ahora lo que toca es que todas y todos los que deseamos ese cambio trabajemos para conseguirlo y siendo conscientes de qué fue lo que falló para que hoy no fuera una realidad.

Nos merecemos un Gobierno con proyecto. Ni tan siquiera la política económica, el cumplimiento del déficit o las cifras del paro son positivas tras el enorme esfuerzo y los recortes sufridos. No sólo se renunció a un pilar fundamental para nuestra convivencia como es el estado del bienestar, es que esa renuncia no ha servido para garantizar la buena marcha de nuestra economía.

El partido socialista tiene un proyecto de país. El crecimiento económico justo, la cohesión social y la regeneración democrática son los índices que lo contienen.

El programa con el que nos presentamos a las elecciones no es un folleto electoral, es un programa de gobierno. El PSOE es sobre todo un partido de gobierno. Nos avala nuestra historia, y en el presente los miles de ayuntamientos y las comunidades autónomas donde estamos gobernado con solvencia, cercanía y compromiso.

El cambio que propone el PSOE, nuestro proyecto, es antagónico al del PP. Por eso es imposible la "gran coalición".

Nuestro proyecto es un proyecto de izquierda, la izquierda pragmática que aspira a mejorar la vida de la gente, no sólo a compartir sus sueños. La que se ocupa de su educación, su salud, su protección social, de generar riqueza y cuadrar las cuentas.

Ahora bien, es un proyecto que permite que partidos con ideologías diferentes a la nuestra puedan verse identificados, unos en los aspectos económicos otros en los aspectos sociales o culturales.

Tras el 26 de junio habrá que hablar y tengo la seguridad de que, sea cual sea el resultado electoral, volverá a ser el proyecto socialista el primer documento que se ponga sobre la mesa para iniciar los acuerdo y las conversaciones.

Este también es el cambio que merece el país, el de la política del diálogo, del acuerdo, del entendimiento. El de la buena política. Ese cambio sólo puede ser liderado por quien estos cuatro meses ha dejado claro que no tiene inconveniente en hablar con todos. Quien en torno a su proyecto puede aunar más complicidades. Nos merecemos un Gobierno que dialogue y acuerde.

En España, todos y cada uno de nosotros y de nosotras individualmente somos capaces de encontrar los puntos de encuentro, los espacios de coincidencia con nuestro entorno familiar o social. Por qué vamos a negarnos a ser capaces de encontrar esas coincidencia del espacio común en el ámbito colectivo.

Nos merecemos un Gobierno presidido desde la valentía, la ilusión, el esfuerzo, el compromiso y la responsabilidad de un líder que encarne esos valores. Nos merecemos regenerar y dinamizar nuestra democracia. Pedro Sánchez ya no es un desconocido. Ha demostrado estar a la altura de las circunstancias.

Por todas estas razones, porque merecemos un cambio de gobierno, vamos a trabajar intensamente. El partido socialista se siente en la obligación de propiciar ese cambio. Ese cambio será posible si, como ha ocurrido en otros momentos de la historia de nuestro país, una inmensa mayoría se suma a nuestro proyecto.

Conozco gente que confió en otros partidos creyendo que eran el cambio. Hoy Rajoy sigue en funciones gobernando nuestra vidas. Ahora nos miran de nuevo sabiendo que somos nosotros, el PSOE, quien puede hacerlo posible. A todas estas personas les pediremos que no sólo nos miren, que nos ayuden a conseguirlo.

El cambio es posible, lo merecemos.

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