La tarde de Nochebuena de 2014, Pillo, un pequeño perrito ya anciano, fue arrojado vivo a un contenedor de basura.

Su dueña le asestó (siempre presuntamente) varios golpes, lo dio por muerto y lo metió en una caja de zapatos.

Pilo lloró y tembló de frío durante toda la noche.

Al día siguiente un alma compasiva, una persona consciente que oyó los lamentos de Pillo, lo rescató del contenedor aún con vida.

En la puerta de la que había sido su casa, fue atendido por un veterinario, y acogido por Nelsi de Paula, una colaboradora de La Guarida de Puente Genil, recibiendo el mejor de los cuidados, el mayor de los cariños.

Casos como éste no son hechos aislados. Esta misma semana hemos visto cómo aparecía un bebé en la basura. ¿Qué mecanismo psicológico hace que una persona tome decisiones tan terribles como éstas?

Pillo habría sufrido un maltrato sistemático que había dejado huella en su organismo. Debido al estado de desnutrición que presentaba y varias patologías de las que no consiguió recuperarse tras el abandono, nuestros amigos tuvieron que tomar la más dura de las decisiones y dormir a Pillo.

El caso de Pillo es uno de tantos que se llevan a los juzgados y en el que las personas sensibles al maltrato animal esperan sentencias ejemplares.

Esta semana, la Protectora de animales La Guarida, está en fase de entrega de pruebas e informes al Juzgado.

El caso de Pillo no es el primero ni el último. De hecho, lo de los malos tratos a animales es una historia habitual. También esta semana, desde PACMA recibimos la sentencia absolutoria para el dueño de Nala, una perrita a la que abrasó la cara con sal hasta dejarla en carne viva.

Por eso esperamos de jueces y administraciones el debido celo a la hora de impartir justicia, la sensibilidad suficiente para ver el maltrato allí donde nosotros lo vemos diáfano. Esperamos de la Guardia Civil que se investigue hasta la última prueba para dar con los culpables. Que esta calaña de personas, capaces de hacer algo así con el compañero que te ha dado amor durante toda su vida, no termine con sus huesos en un contenedor.

Gracias a las protectoras, organizaciones y particulares por no pasar de largo ante tamañas injusticias. Gracias por cada perro que salváis. Gracias por invertir el dinero que no tenéis en rescatar animales abandonadosa.

Entre todos estamos construyendo un mundo mejor.