Entre leones

Ahora lo entiendo

Los contribuyentes españoles, en representación del Estado, han perdido en el saneamiento de Catalunya Bank más de 12.000 millones de euros -11.800 más 300 por las preferentes y la posible ruptura del seguro con Mapfre-. El BBVA, del amigo Paco González, se la ha llevado por 1.187 millones en la subasta del FROB en un acto de patriotismo financiero.

Los 12.000 millones, mal contados, representan el montante de los recortes del Gobierno en sanidad y educación, que han dejado el Estado de bienestar en puro hueso. Ya estaba bien de tanto sector público, tanto bolchevique, tanto laico y tanto becario comiendo de la sopa boba. Que no se puede permitir tanto uso y abuso de las tiritas, que no hay derecho a que los comedores escolares públicos ofrezcan dos platos y postre –ya solo faltan copa y puro-, que los parados son unas auténticas sanguijuelas, que no está nada bien que los viejos vivan tanto años,  ¡Señores, que hay que morirse antes, coño!

Después de concretarse esta excelente operación político-financiera entiendo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esté empeñado aún más en colocar a su ministro de Economía, Luis de Guindos, al frente del Eurogrupo. Incluso a costa de dejar tirado a Miguel Arias Cañete en la carrera por una comisaría. La negativa de Holanda a aceptarle debe tener mucho que ver con una cierta inquina contra los tercios de Flandes; pura envidia por la valentía y el arrojo de Alatriste y la pluma de espadachín de Pérez Reverte.

Seguro que la jauría mediática que el Gobierno está empleando para insultar y espantar a los catalanes confirma esta histórica tesis contra los tulipanes con algún documento secreto de Moncloa. Y si no, pues ahí está el paradón de Casillas, que le ganó un mano a mano a Robben en el Mundial de Sudáfrica. Desde entonces nos la tienen jurada más si cabe. Y, claro, se han venido arriba con el accidente del 1-5 en el Mundial de Brasil y ahora se atreven incluso a cuestionar a De Guindos.

Y es que no hay derecho que De Guindos, que ya acreditó todo lo que tenía que acreditar en Morgan Stanley, se quede con la miel en los labios tras el fino trabajito que han hecho con Catalunya Bank sus subalternos. Porque la culpa, como ustedes comprenderán, la tienen los españoles, que han vivido por encima de sus posibilidades, que son unos manirrotos y que han abusado de los créditos bancarios para el pisito, el coche y las vacaciones en el Caribe. Por ese sentimiento de culpa, pagarán encantados alícuotamente hasta el último euro del casino financiero de la entidad catalana.

Ahora, para cerrar el círculo de méritos, Rajoy debería defender en la ONU, a propósito de la broma del Consejo de Seguridad, la candidatura de Cristóbal Montoro, a la sazón ministro de Hacienda, para el Premio Nobel de Economía o el de Medicina, que lo suyo es el bisturí con sonrisa nerviosa. O el de Cultura, que en el cine se lo rifan. Por ejemplo, como secundario en una nueva versión sobre ‘El Conde Drácula’ lo bordaría. En manos de Alex de la Iglesia, la peli desbancaría a ‘Ocho apellidos vascos’ en pocas semanas. ¿Se imaginan a Montoro chupándole la sangre a un paisano de clase media sin anestesia? Insuperable con un buen zoom en un cine de verano.

Desde luego, Montoro no para de hacer méritos para que su jefe se acuerde de él. Ahora mismo, por ejemplo, negocia con las autonomías nuevos recortes y les ha remitido un catálogo de 255 tijeretazos. Entre las medidas que plantea se encuentran algunas de pura justicia: el copago por la falta de la asistencia a las citas médicas programadas, el euro por receta,  otra ampliación de la jornada laboral de los funcionarios, la suspensión de la contratación de interinos o la reducción del 10% del complemento de los profesores. Tanto recorte autonómico no crean que va a ser para un nuevo saneamiento bancario del tipo Catalunya Bank. No, qué va. Va a ser para el déficit que provocan las derrochadoras comunidades autónomas. Con lo manejables que eran las Vascongadas.

Y no hay que olvidarse de García Margallo, que está llamado a sustituir a De Guindos en Economía en el momento que éste coja en el portante rumbo a la UE. Si lo dejan los holandeses, claro. Después del Perejil que ha liado en Exteriores, donde la diplomacia murió cuando puso sus pies por primera vez en el palacio de Santa Cruz con aires de general en la reserva, tiene la oportunidad de redimirse en otra cartera ministerial. Para que después digan que este Gobierno no ofrece a los jóvenes emprendedores una segunda oportunidad.

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