Entre leones

Dos reflexiones y una convicción

Hoy en mi tierra es jornada de reflexión. Mañana domingo, los andaluces votarán en libertad y elegirán un nuevo Parlamento.

Toca, por tanto, reflexionar.

Reflexionemos, por ejemplo, sobre el último informe que la Agencia Tributaria (Aeat) ha elaborado para exonerar al PP de las supuestas donaciones ilegales que recibió durante más de una década.

Sí, el memorándum que el juez Ruz le ha sacado a Hacienda y al Gobierno a palos.

Finalmente, dicho informe fue redactado por un asesor directo del ministro Cristóbal Montoro. Para más inri, es hermano del director de la Aeat. Tras este corto relato, el asunto ya huele a chamusquina, ¿no? ¿Por qué lo elaboró un cargo político de confianza y no un probo funcionario? Lo de probo no es gratuito: es el calificativo que utiliza el PP cuando los empleados públicos son de su agrado. Por ejemplo, la juez Alaya es una proba funcionaria.

Es verdad que esta circunstancia no representa, por lo visto, ninguna irregularidad. Una porquería si acaso, una cagada de estética que a quien tomó la decisión política de adjudicar el trabajo le debe resbalar. O, como dicen mis hijos adolescentes, "se la suda".

Pero eso de comparar al PP con Cáritas supera todas las líneas rojas de la decencia política; es un auténtico recochineo, incluso puede ser una blasfemia para determinado personal.

Si la comparación hubiera sido con el Domund, hasta podríamos haber rescatado algún que otro viejo chiste sobre lo malparados que salían, normalmente, los negritos de este tipo de colectas caritativas tan de moda durante el franquismo.

¡Pero con Cáritas, por el amor de Dios! ¿No podrían haber elegido algún estamento o institución algo más profano? Por ejemplo, la mafia. Sí, la mafia. A fin de cuentas, es una organización que se mueve como pez en agua entre el dinero negro y las mordidas, que eran las carteras de negocio que gestionó Luis Bárcenas, como gerente y tesorero, en casa Génova durante más de una década.

Menos mal que el nuevo Código Penal no coarta, totalmente, la libertad de expresión, y el presidente de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda, Ransés Pérez Boga, pudo poner el asunto en su sitio al asegurar que comparar al PP con Cáritas era algo así como comparar a un elefante con una pistola.

Es de suponer que Cáritas es el elefante y el PP la pistola, aunque bien visto, quizá la representación más fidedigna de ‘Luis El Cabrón’, al frente del partido del señor Rajoy, hubiera sido un elefante con dos pistolas.

Dicho esto, me doy por reflexionado en este asunto.

Pero déjenme que reflexione sobre otra cuestión de gran actualidad: el antiguo bufete de Montoro.

Según cuentan los medios, el actual ministro de Hacienda se montó una asesoría llamada Equipo Económica.

Con Montoro de regreso a la política activa y fuera ya de este chiringuito, la Comunidad de Madrid, a través de Madrid Netword, le adjudicó dos suculentos contratos.

El presidente de esta empresa público-privada era el entonces consejero madrileño de Economía y Hacienda, Antonio Beteta, a la sazón actual secretario de Estado de Administraciones Públicas con Montoro como ministro de Hacienda.

Curiosamente, cuando Beteta se marchó con Montoro, su sucesor rescindió los contratos de un plumazo.

¡Huy, huy, huy! Esto también huele a chamusquina, y ya la Fiscalía Anticorrupción anda investigando.

Pero no deben estar muy preocupados en la Hacienda de Montoro. Ya saben cómo funciona esto. Si algún juez pide un informe a la Agencia Tributaria, se lo encargan a algún asesor político y al carajo pipa.

Eso sí, seguro que esta vez afinan más en las comparaciones. Quizá busquen similitudes con alguna exótica ONG sin antecedentes penales y al corriente de pago con Hacienda.

No creo, sinceramente, que cometan el error de compararla con el obrador de pastas de anís, ricas, ricas, de las Carmelitas Descalzas. Sería todo un sacrilegio, penado con una eternidad a 500 grados de Infierno. Con las pastas de anís no se juega, por favor.

Por último, a contramano, no puedo dejar de destacar una convicción sobre Chaves, Griñán, Zarrías, Moreno, Ávila, Aguayo, Fernández y poco más. No me cabe ninguna duda de que, aunque tienen una responsabilidad política evidente ‘in vigilando’ en el caso de los ERE y son unos apestados por el efecto jauría ante la corrupción, son políticos honrados, incluso más que algunos que comparecen en las listas electorales del PSOE-A que solo acreditan ser unos perfectos cainitas. Al tiempo.

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